Las Tinieblas se ciernen sobre Santa Marina y los hermanos del desenclavo enmudecen

La única diferencia ha sido la hora y el aforo del templo. Y es que en otras ocasiones el acto se llevaba a cabo antes de la procesión de las Tinieblas que partía a las 20:30 horas desde el patio del Colegio Leonés.

En la Iglesia se congregaron los hermanos para una verdadera muestra de exaltación de la fe en un acto que impresiona de principio a fin. La antigua iglesia jesuita ha mostrado el eco de los hermanos varones que junto al consiliario fueron cantando los salmos.

Desde el Altar Mayor resonaban sus voces en todo el templo con el canto de los Salmos 68, 69 70 y el clásico Miserere para finalizar.

Las luces del tenebrario iluminaban el interior del templo y del corazón de los hermanos de la Cofradía del Santo Cristo del Desenclavo. Poco a poco y con el terminar de los versos de cada salmo la luz de las velas se ha ido apagando.

Con el expirar de una de las últimas velas el templo quedó en tinieblas y el interior de Santa Marina tembló. Al igual que expiró Jesús y el Gólgota tembló. Así fue y así tembló también el interior de Santa Marina mediante el estruendo de las carracas y las matracas en medio de la oscuridad.

Y de repente, silencio en las tinieblas. Los hermanos enmudecieron y esperaron pacientes la orden del sacerdote. Tras el oficio de las tinieblas, llegaba el acto del enclavamiento del Cristo, pero eso seguirá siendo un acto privado sólo para los hermanos de la cofradía.