Con sobriedad leonesa y el gusto y la devoción del barrio, San Martín ha vuelto a dar testimonio de la fe que León le tiene. Era el día para lucir a ese santo que da nombre a una de las Iglesias más importantes de la ciudad. Y vaya que si lo han hecho.
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Un cortejo escueto en el que solo participaban las cofradías adscritas a la Iglesia de San Martín: Minerva y Vera Cruz, María del Dulce Nombre y Nuestro Señor de la Redención, conn un recorrido por sus calles, las mismas que cada 11 de noviembre se visten de gala para encomendarse a Él.
Sin elementos que pudieran distraer la atención de la imagen y de la procesión, la Agrupación Musical de Angustias y Soledad puso sus sones a un acto cuyo público aumentaba según pasaba el desfile.
La procesión en honor a San Martín es buena muestra de ese León cofrade cuya cúspide probablemente se alcance en ese barrio. La propia Iglesia de San Martín, la Iglesia del Mercado, el Monasterio de las Carbajalas… lugares emblemáticos que huelen a incienso y el eco eterno de las cornetas y los tambores no deja de sonar.
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