El Lunes Santo pudo celebrar con todo su esplendor el trío que cada año recorren sus calles.
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La Procesión de la Pasión, Rosario de Pasión y Solemne Adoración de las Llagas de Cristo se citaron con miles de personas a las que el frío no echó para atrás y se asomaron a la vieja ciudad para dar calor a los papones.
Decía Carlos Gardel que 20 años no es nada, tampoco lo son 30. Y menos si lo comparamos con el milenio que suman las centenarias de León.
Las nubes quedaron tapadas por la oscuridad de la noche en un acto procesional que escapó de los nubarrones que amenazan el resto de la Semana Santa leonesa.
Y si algo oscureció fueron las calles del viejo León al paso de Angustias, Jesús y Minerva. Las 'negras' celebraron su Lunes Santo, el día en el que citan los siglos de historia de una pasión que nació entre sus túnicas.
La provincia silenció la capital a golpe de rosario y pasión. De la mano de la Hermandad Sacramental de Santa Marta y la Sagrada Cena, cofradías y pasos llegados de todos los rincones se sumaron al desfile procesional del Rosario de Pasión.
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Partiendo desde San Marcelo, las samaritanas ponían el sello de Santa Marta a una procesión que detiene su paso para el rezo de la oración que da nombre a su cortejo.
Desde La Bañeza, la Oración en el Huerto fue el primero de los pequeños pasos que acuden a esta llamada. Tras ello, la Flagelación de Santa Lucía de Gordón. También repetía en esta representación de la pasión en la provincia la Coronación de Espinas, de la parroquia de la Asunción de Benllera. El Nazareno procedía de Estébanez de la Calzada, mientras el Crucificado, llegado desde la zona de Boñar, mostró hechuras para salir airoso de su paso por León. Este Rosario de Pasión que terminaba con la Piedad de San Marcelo.
Y tuvo el honor de cerrar este Lunes Santo la Solemne Adoración de las Llagas de Cristo. Una comitiva que sale desde el convento de las Concepcionistas, previo voto de silencio, al sonido de un tambor ronco.
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En el exterior se ha colocado la parihuela sobre el que 12 hermanos portan al Santísimo Cristo Esperanza de la Vida, que va deteniendo su caminar para el rezo de las llagas.
Acompañan a esta marcha representantes de la Cofradía del Santo Sepulcro de Jerusalén y el Grupo San Pedro del Castro, cerrando la misma un grupo de mujeres leonesas enlutadas.
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