Restauración y estrenos en Angustias para recuperar el Santo Entierro seis años después

Y es que en la cofradía mariana no han dejado de trabajar en estos años de pandemia. Hasta tres tallas saldrán restauradas a la calle: la Virgen de las Angustias, el Cristo de la Urna y el Yacente. A ello se sumará el estreno de la Consolación de María y el estreno del nuevo manto de la Soledad, que se reservará para la Procesión Oficial del Santo Entierro, donde caminará sobre un trono que estrena una imagen a la Virgen del Camino.

Una Semana Santa que vivirá marcada por las obras en la Rúa, que en el caso de éstos afectará a todos sus desfiles: Pasión, Dolor de Nuestra Madre y Entierro. Es por ello que ya han establecido itinerarios alternativos con respecto a 2019.

Ahora esperan que el compromiso de los braceros para hacer del Viernes Santo su día grande, donde pondrán en León hasta una decena de pasos. «Es un deber de los braceros y tienen que estar en sus puestos», advierte el abad, Ángel Lescún.

La junta de seises está llamando y reuniendo a los braceros para «tantear cómo está la situación» y hasta el momento no se ha percibido «nada raro» y las reuniones están siendo «un éxito con respuesta mayoritaria». «La gente tiene ganas de Semana Santa y la perspectiva no es mala. Nosotros no hemos dejado nunca un paso en casa, tenemos la suerte de ser mixtos y eso nos ayuda», analiza el abad.

En materia musical, Angustias también está de celebración. Su Agrupación cumple 30 años, también como decana de esta esfera semanasantera, y vivirá un especial aliciente en una época «complicada» para las bandas. «Es una satisfacción que estén con vida y en la calle».

Angustias había establecido ya planes alternativos en caso de que no pudieran procesionar, algo que, salvo que la lluvia haga acto de presencia como les ocurriera en 2018, no tendrán que recurrir a ello. «Trabajamos con normalidad para sacar el Entierro. Hay unas ganas de la leche», anima Lescún. Sí tendrán que trabajar con el Dulce Nombre por los aforos en la iglesia de Santa Nonia y en el carpa que compartirán con ellos. «Igual los pasos tienen que estar en la calle para iniciarse la procesión».

El abad espera «salir, es mi sueño», ya que tras dos años en casa toca «catequizar en la calle» para evitar que se pierda una cuestión «religiosa y de tradición». Por ello, en su mente ya puede ver la salida de Nuestra Señora de la Soledad, como último paso de la procesión, y el regreso a Santa Nonia de las diez talles en Viernes Santo.