A. CUBILLAS
León
Viernes, 30 de marzo 2018, 20:27
Lágrimas y rabia contenida en el Viernes de Pasión. El temor a lo imprevisible, el miedo a un aguacero repentino obligó al abad de la cofradía de Nuestra Señora de Angustias y Soledad a suspender la procesión del Santo Entierro.
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Apenas pasaban unos minutos ... de las seis de la tarde cuando el abad comunicación a los hermanos la decisión. La más dura posible. También, quizá, la más acertada, como lo confirmaría una hora después la lluvia que caía sobre la capital leonesa.
Y así se lo hicieron sentir los hermanos a un abad desconsolado que en casa beso, en cada abrazo encontraba la aprobación de sus hermanos de una decisión difícil pero valiente y con la que se apostó por salvaguardar tanto el patrimonio material como humano de la cofradía.
Porque aunque todos eran conscientes de las altas previsiones de lluvia, nadie, hasta el final, quiso perder la esperanza.
Y por ello, las lágrimas y el desconsuelo se repitieron en los rostros de estos papones, que vieron como la lluvia ahogaba las ilusiones y esperanzas de la tarde de este Viernes Santos tras dar un tregua y permitir vivir con intensidad la procesión de Los Pasos.
Una decisión que, minutos más tardes, secundaría también la cofradía de las Siete Palabras de Jesús en la Cruz.
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