Nunca es fácil ver como la ilusión de un año, el trabajo de meses y la preparación de los últimos días se desvanece por algo que no es previsible.
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Las lágrimas han vuelto a brotar de los ojos de las 'Marías'. La historia se repetía ... entre las hermanas de María del Dulce Nombre y ni las palabras de aliento del sacerdote ponían fin a la pena.
La Procesión María al Pie de la Cruz, Camino de la Esperanza ha tenido que ser suspendida ante la intensa lluvia que está barriendo este Jueves Santo a la ciudad de León.
Los paraguas tomaron el patio de los Capuchinos y los capillos verdes no servían para cubrir el rostro, sino para protegerse de las gotas que caían de forma incesante.
Cuando se confirmó la peor de las noticias, los abrazos entre las paponas y braceras de la penitencial mariana trataban de reconfortarlas, unas a otras, como hermanas, aliviando el dolor.
«Sois fuertes porque bajo esta lluvia os mantenéis fuertes en el cuerpo y la fe», recogía la arenga del capellán, quien señalaba a la lluvia como una bendición y daba la enhorabuena a las 'Marías' por su trabajo.
Daba igual la lluvia, la pena era inmensa entre las cofrades, que volvían a revivir la angustia del pasado año.
Un Jueves Santo más, los elementos han ido contra de María del Dulce Nombre que ve como Jesús Consuela a las Mujeres de Jerusalén, la Cruz Gloriosa, la Virgen del Camino y María Santísima del Dulce Nombre y San Juan Evangelista se quedaban otra vez sin procesionar.
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