El Gran Poder abría el turno de tarde de Jueves Santo y lo hizo olvidando la mala suerte de los últimos años para su Procesión de la Despedida.
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El sol brilló con fuerza, incluso a veces demasiado, y ello complicaba la puja, la segunda ya ... para los braceros de San Lorenzo.
La pasión plateada volvía a exponer en la calle su llamativo patrimonio y regalaba a León un nuevo paso para su Semana Santa.
El estandarte abría el cortejo apoyado por varios braceros y tras ellos la Oración en el Huerto, modificada hace un lustro, se postraba sobre un espectacular trono que custodiaban cuatro leones.
Con la Banda de Música de las Siete Palabras, la Cofradía del Cristo del Gran Poder llevaba a las calles su nueva obra. 'Las Negaciones de Pedro', obra de su imaginero de capilla, Melchor Gutiérrez, mostraba un misterio hasta ahora inexistente en la pasión leonesa: el momento en el que apostol preferido de Jesús le negaba para evitar idéntico final que el maestro.
El Cristo, un despojado de estilo grecorromano que se erige sobre el mismo trono que lo hace el Cristo del Gran Poder en el Domingo de Ramos, cubriendo sus esquinas los cuatro evangelistas, se alzaba poderoso y elegante en su camino hacia la Despedida. Los más pequeños de una penitencial que puede presumir de futuro portaban los diez mandamientos y la Agrupación Musical del Gran Poder guiaba hacia la Plaza Mayor, donde tendría lugar el acto que da nombre a esta procesión.
El grupo de veteranos paracaidistas volvía a participar en este cortejo y lo hacía antes que el paso de Las Marías, representando a María Magdalena, María de Cleofás y la Virgen del Pozo. Era pujado por un centenar de braceras.
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Y espectacular fue la despedida de la procesión. La Virgen de los Reyes, una obra de Melchor que no olvida ningún detalle, obligaba a fotografiar el rostro y cada uno de los enseres que rodean a este palio sin igual en la Semana Santa leonesa. Pavos reales, los rostros de los reyes leoneses, flores que clamaban por la paz en Ucrania o candelabros con figuras inverosímiles. Sobre los hombros de 110 braceras procesionaba por primera vez completo este paso.
La tarde de sol permitió ver en todo su esplendor a la Procesión de la Despedida, que dio el primer paso de esta tarde de Jueves Santo y llevó a León el peculiar arte sacro que dibuja el Gran Poder en la capital
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