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La plaza de San Marcelo se llena de niños con sus palmas este Domingo de Ramos. I. Santos

Palmas al cielo para elevar la pasión

Un soleado Domingo de Ramos saca a la calle a miles de leoneses y centenares de niños para seguir la procesión de la 'borriquilla'

Domingo, 24 de marzo 2024, 13:13

Bajo un sol de justicia y un cielo azul que invitaba a lucir las mejores galas y salir a las calles ramo y palmas en mano, miles de leoneses abarrotaban el centro de León este Domingo de Ramos.

Con las palmas al cielo los más pequeños disfrutaban de una de las procesiones más queridas y auténticas. La borriquilla volvía a reunir a familias impacientes por ser testigos de su entrada en la capital.

Como marca la tradición, el obispo de León, Luis Ángel de las Heras, era el encargado de acoger bajo su brazo a los cientos de personas que se daban cita a mediodía en la plaza de San Marcelo con sus palmas y ramos para recibir su bendición. Invitaba a los presentes a caminar juntos hasta la Catedral para celebrar la eucaristía y buscar unidos la «salvación para este mundo envuelto en oscuridad, muerte y destrucción», al tiempo que pedía construir «paz y concordia» y ser «hombres y mujeres de amor y bondad».

Con los ojos iluminados por la ilusión, adultos y pequeños agitaban sus palmas al recibir el agua bendita de manos del obispo, cerrando así el acto que abre sin cortapisas la semana de pasión leonesa y dando protagonismo al futuro de esta tierra, los más pequeños.

Con la música de Las Siete Palabras marcando el paso, el cortejo organizado por la Junta Mayor de la Semana Santa de León por delegación del Cabildo de la Catedral avanzaba, tras recoger en San Marcelo a la corporación municipal, por una abarrotada calle Ancha que se vestía de gala otro Domingo de Ramos.

El público, volcado con la pasión, sonreía al paso de la borriquilla, obra de Víctor de los Ríos y una de las tallas más populares y queridas por fieles y cofrades que saben que su salida marca la fecha más esperada del año. Llegaba así el paso a la plaza de Regla para cumplir con la tradición y celebrar la santa misa en la Catedral.

Palmas y ramos ya bendecidos ondeando bajo el sol de León daban fe y testimonio del inicio de una de las temporadas más esperadas por leoneses y turistas que cada año convierten a León en la capital de la pasión.

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