Un montaje con mucha pasión

El montaje de la procesión magna, que este sábado pondrá en la calle a 22 pasos, ha permitido ver a gran escala todo lo que se vive de puertas hacia adentro en vísperas de la Semana Santa.

El encargado de organizar la procesión es Juan Carlos Morán. Todos le buscan a él ante cualquier duda y él, siempre dispuesto, no da a basto para corregir hasta el último detalle. Suena el móvil y es que alguien le necesita o tiene un contratiempo que resolver.

Al palacio llega el mismísimo presidente de la Conferencia Episcopal, Juan José Omella, que recibe las explicaciones del director del 33 Encuentro Nacional de Cofradías para ponerle al día de quién es quién en el recorrido por las cofradías de la ciudad. Junto a ellos, el obispo de León.

Todas las tallas, salvo Nuestra Señora de la Soledad y Nuestro Padre Jesús Nazareno, ya ocupan su puesto. En su trono se arremolinan los grupos de montaje, con mayores y jóvenes, que se afanan para que todo vaya en su sitio.

El Cristo de los Balderas desciende en una grúa; a María Santísima del Dulce Nombre le apuntalan los últimos retoques bajo la mirada de San Juan Evangelista; al Perdón aún le faltan las flores y el Resucitado aún se esconde en su gruta.

Miles de flores reposan a la espera de ocupar el puesto oportuno en el trono, donde a Jesús de la Esperanza y a Anás les retocan sus ropajes. La Sagrada Cena preside ansiosa el momento de su salida, mientras que El Prendimiento se encuentra ya listo para procesionar.

'Passio Legionensis'. Procesión para la historia. El montaje avanza para que León viva una jornada para el recuerdo. Todo la pasión en la calle, una catequesis andante sustentada por miles de papones. Pero antes de eso, toca apurar las horas y dejar listo hasta el último detalle para que la Semana Santa leonesa luzca como siempre y brille como nunca.