Nunca careció más de sentido aquel dicho de 'al mal tiempo, buena cara'. Al menos no tuvo ninguno para los miles de papones leoneses que este Jueves Santo vieron cómo el cielo se abría durante toda la tarde y descargaba la lluvia suficiente como para ... suspender todos los actos procesionales previstos.
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Se repitió la historia de 2018 y 2019, y la otros cuantos años, y el agua ahogó a las cuatro cofradías que llevaban todo el día pendientes de las aplicaciones meteorológicas confiando en que esta vez se equivocarían.
Los primeros en afrontar la dura realidad fueron los hermanos del Santo Cristo del Gran Poder, que vieron cancelada su Procesión de la Despedida; les siguieron en María del Dulce Nombre, con una abadesa destrozada al tener que confirmar la suspensión de María al Pie de la Cruz, Camino de la Esperanza; más tarde, le tocó a Santa Marta, que descartó sacar a la calle la Sagrada Cena; y en último lugar el Santo Cristo del Desenclavo dejaba en el patio del Colegio Leonés la procesión de Tinieblas y Santo Cristo de las Injurias.
Procesión de la Despedida
Lágrimas y desconsuelo entre algunas hermanas de la Cofradía del Cristo del Gran Poder que no asumían la realidad de lo impredecible. La lluvia, de hecho, hizo acto de presencia, y con fuerza, durante el acto que los braceros y la agrupación musical protagonizaron.
Primero uno a uno, luego todos juntos, y tal y como se debía haber desarrollado en el Acto de la Despedida en San Isidoro, por último fueron la Virgen de los Reyes y el Cristo Despojado los que bailaron al son de la marcha 'Despedida'.
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Abrazos y emoción entre braceros resignados, tristeza y desolación entre los más jóvenes, miradas cómplices entre los veteranos que ya saben cómo se las gasta el tiempo en días de pasión.
Procesión de María al Pie de la Cruz, Camino de la Esperanza
En María del Dulce Nombre, el peor trago se lo llevó su abadesa. Rompió a llorar en el momento en el que tuvo que dirigirse a las hermanas para confirmar la suspensión de la procesión.
Las lágrimas se extendieron en la carpa, especialmente entre las braceras cuando les tocaba mecer su paso. Uno a uno fueron aupándolos para hacer lectura del pasaje que representaban y entonces la emoción estallaba.
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Un emotivo acto en el interior de la carpa dejaba una triste estampa, con la lluvia salpicando en las primeras filas y el viento azotando las ilusiones de los corazones verdes que reverderán en la Semana Santa de 2025.
Procesión de la Sagrada Cena
Más tiempo para asumir la situación hubo en Santa Marta y la Sagrada Cena. La hermandad se apresuró a hacer el anuncio teniendo en cuenta las inclemencias que ya había sufrido durante todo el día, lo que no le había permitido ni montar la carpa para resguardar los pasos durante la mañana.
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Fue en el Museo Diocesano y de la Semana Santa donde se dio el anuncio y donde se celebró un sencillo acto con Jesús Sacramentado como motivo. Participó en él el obispo de León, quien bendijo el pan de la Última Cena que debía ser entregado a los asistentes.
El abad-presidente explicó los motivos de una suspensión más que comprensible entre manolas, braceros, samaritanas, galileos y el resto de participantes en una de las procesiones más simbólicas de León y que este año no pudo salir a la calle.
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Procesión de Tinieblas y Santo Cristo de las Injurias
Tras el Oficio de Tinieblas, llegó la decisión. A pesar de que la lluvia menguaba, y acabó por desaparecer en torno a las 9 de la noche, el hermano mayor tomó la iniciativa y avanzó la suspensión de la procesión que organizaba el Santo Cristo del Desenclavo.
La iglesia de Santa Marina acogió el acto de enclavamiento, solo para hermanos, y posteriormente se abrirían las puertas para el velado y traslado del cristo. La banda y el paso mostraron sus símbolos de unión y un pequeño concierto lleno de sentimiento a la cofradía.
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Emoción y lágrimas repartidas por los bancos de la iglesia, que acabó por quedarse pequeña, y donde las caras largas y la tristeza acabaron por imponerse a la serenidad de unos pocos que asumían la situación y pensaban con esperanza en su próxima oportunidad del Sábado Santo.
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