La Junta Mayor cumple 75 años: «En los 90 no hubo adaptación a las nuevas cofradías»

Fue un 1 de marzo de 1947 cuando el obispo Almarcha firmó el decreto de la llamada en ese momento Junta Mayor Profomento de Procesiones de Semana Santa de León. Integrada por las tres centenarias -Angustias, Jesús y Minerva- y la recién creada hermandad de Santa Marta, nacía hace 75 el ente que debía encargarse del buen funcionamiento de la pasión leonesa.

Actualmente, Manuel Ángel Fernández, como presidente, y José Antonio Fresno, como vicepresidente, son la voz de una institución en la que recuerdan nombres propios como el de Eduardo, Carlos, Cielo, Inés, Olga o Julio, quienes han permitido que, con el paso del tiempo, la Junta Mayor de Cofradías y Hermandades de la Semana Santa de León haya llegado hasta nuestros días.

Su creación tuvo como meta la coordinación de las actividades a realizar entre cofradías y promover procesiones. «Se veía que era una necesidad, ya cubierta en otras ciudades, y para incentivar desde un organismo conjunto todas las actividades», reconoce su secretario.

Nacería, además, con una estructura clara: el presidente era el obispo; el ejecutivo era el vicario general; y formaban parte de ella los abades de las cuatro cofradías en su origen.

Desde la promoción de procesiones de mujeres, que se celebró el Miércoles Santo hasta 1967, hasta el apoyo asumido a la Procesión de Las Palmas, la Junta Mayor ha recorrido varias décadas para dar promoción y organización a la Semana Santa.

La década más turbulenta se produjo en los años 90. La eclosión de las nuevas cofradías, con hasta nueve nuevas penitenciales, que se sumaron a las siete ya existentes, provocó conflicto de intereses y falta de capacidad de adaptación. «Todos éramos responsables. Era necesario readaptar la Semana Santa, la forma de vivir la Semana Santa. Hubo que reajustarse y no todo el mundo tuvo la suficiente visión para darse cuenta de que al llegada de nuevas cofradías implicaba no solo perder protagonismo, sino ganarlo y sobretodo compartirlo», reconoce Fresno, que vivió en primera persona este problema que obligó a modificar las bases de este proyecto común.

Cumpliendo las bodas de brillantes, la pandemia ha obligado a retrasar uno de los eventos marcados a fuego en la historia de esta institución hasta hacerlo coincidir con los 75 años de su fundación. El Encuentro Nacional de Cofradías tendrá su momento culmen con una procesión extraordinaria. En ese momento, León verá una procesión conjunta de gran magnitud, en el mes de septiembre, en el que las previsiones hablan de unos 20 pasos en la calle. Será casi una réplica la extinta procesión del Pregón, un acto que se celebraba en otra época y que «no tendría sentido realizar durante la Semana Santa actual».

Del legado que ha escrito la Junta Mayor también forma parte el futuro inmediato de la Semana Santa. El esperado museo espera su puesta a punto para dar cabida a la pasión leonesa durante todo el año. Los últimos retrasos y «avatares» políticos no lo han puesto fácil, pero la directiva mira con positivismo este momento. «Tenemos el museo a puertas tras mucho tiempo anhelándolo. ¿Vamos a estar ahora tristes? Va a ser una realidad y no tenemos prisa; los jóvenes lo van a poder disfrutar muchísimo», responde Manuel Ángel Fernández.

La aportación de esta organización abarca publicaciones, actos, historia y cultura, cumpliendo así con el cometido que plantean unos estatutos que se han ido adaptando a los nuevos tiempos. «Ha aportado grandes cosas a nivel cultural, literario... son innumerables las publicaciones con las que se ha intentado ensalzar la importancia de la Semana Santa, que la hacen las cofradías y los papones, pero la Junta Mayor está para aglutinar y organizar, pretendiendo la promoción de la Semana Santa», afirma su presidente.

Las fortalezas de la Semana Santa de León pasan por una ciudad que se entrega en los días grandes y el conjunto escultórico inmenso que aportan las cofradías, algo único en todo el país, y que se debe poner en valor. Como ejemplo se pone el Encuentro de Jesús en la Plaza Mayor, con trece grupos escultóricos y todo lleno de gente. «Esa imagen no existe en ninguna ciudad del mundo, ninguna cofradía tiene 13 pasos, y luego está Angustias, Minerva, Santa Marta o el Sepulcro, entre otros, no existe todo esto en otros lados».

Para mantener todos estos emblemas se reclama más ayuda económica a las instituciones, ya que la Junta Mayor de León apenas recibe financiación pública en comparación con otras de su entorno. Actualmente, las subvenciones son de 25.000 euros por parte del Ayuntamiento de León y 15.000 más de la Junta de Castilla y León. La Diputación de León no aporta nada a la Semana Santa de la capital, mientras en otras provincias sí destinan fondos desde sus entes provinciales.

En solo unas semanas, la pasión regresará a las calles de León, y «habrá procesiones», confirman. Por ello se trabaja para que sean «al 100 por 100 lo más parecido a la normalidad del 2019». Las normas se ajustarán a lo que esté vigente en ese momento, con uso o sin uso de mascarilla, y la Junta participará de la ejecución de pruebas de antígenos a los cofrades que así lo deseen. El presidente Fernández apuesta porque se instalen centros de test en las ciudades, para papones o no papones, porque «si la ciudad se va llenar, es mejor que lo haga con gente sana».

Y esta será la última Semana Santa de Manuel Ángel Fernández al frente de la Junta Mayor, cargo que dejará en otoño y del que le gustaría tener como relevo a su secretario José Antonio Fresno, aunque serán los abades los que tengan la última palabra. En su legado quedará el trabajo y esfuerzo de un equipo donde ha sido la cara visible y el mensaje de que «quienes deben hacer grande la Semana Santa solo deben ser los papones».

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