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Apareció sin invitación la lluvia -chispeo, más bien- para sembrar a León de dudas sobre la salida de la procesión en honor a San Juan Evangelista. Y con total normalidad salió la imagen, no así algunos banderines de las 16 cofradías que abrían el cortejo bajo plástico para evitar males innecesarios en telas y bordados.
Cargada de solemnidad se abría la procesión a paso lento entre un público que según avanzaba el recorrido era mayor. Los braceros, esta vez sí, trajeados. Y la imagen, en un trono que no es el de salida, iluminada con luz artificial y un exorno floral típico de la pasión leonesa.
El silencio predominante y expectante ante la llegada de la Cruz de Guía lo rompían los sones de la Banda de Cornetas y Tambores del Dulce Nombre,. Por su parte, y acompañando al San Juan, se hacía notar la Agrupación del Gran Poder, que en la salida tiró de lo clásico para encandilar al Espolón. Ambas secciones en San Isidoro serían relevada por la Banda de Música de JHS, mientras su Agrupación Musical haría lo propio con la del Gran Poder.
A partir de ahí la cosa se puso muy seria. AM JHS hizo las delicias del Cid y Calle Ancha, donde se alcanzaron cotas que trasladaban directamente a un Santo Entierro en año par, con la salvedad de que no escoltaban a la Soledad. Una simbiosis perfecta entre imagen, braceros y Agrupación Musical que silenció a una alterada Plaza de Regla con Al Rey de Los Reyes y después Al Cielo la Reina de Triana a los pies de la Pulchra por parte de la BM, para acabar con Al que yo besé, que arrancaría leves aplausos del público al concluir.
El JOHC alcanzaba así su punto más álgido con la noche cayendo ya sobre el viejo Reino en el que es el último acto de la jornada de este sábado plagado de actividades. No faltaban tampoco las carreras de los pequeños para ver si a lo lejos de la calle se apreciaban ya las luces del coche de Policía que anticipan la llegada de la comitiva, así como tampoco se echaron de menos las manos que pedían saludos y estampitas de recuerdo.
León volvió a ver una Cruz de Guía a falta de unos cuantos meses para poder rezar a su Virgen del Mercado por San Martín, y el expresivo San Juan de la Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias y Soledad, pujado por hombres y mujeres, mostró una pequeña píldora de cómo la ciudad vive y sufre la pasión de Cristo.
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Abel Verano, Lidia Carvajal y Lidia Carvajal
Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
José A. González y Álex Sánchez
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