El Desenclavo contempla un «plan B o C» e incorpora el acto de velado a su titular el Viernes Santo

El hermano mayor, Javier García Argüello, ya ha contemplado «planes alternativos» en función de la respuesta que loa papones de púrpura y negro den ante esta primera Semana Santa postpandemia.

«No tenemos grandes novedades, vamos a ver cómo responde la gente». Dependiendo de ello, la penitencial optará «por el plan B o por el C» porque en los primeros sondeos «unos te dicen que van a salir sí o sí, otros que tienen miedo y otros que les apetece pero que mejor van a vernos».

Las próximas juntas de braceros determinarán cómo se presentan las procesiones de Tinieblas y Santo Cristo de las Injurias y del Santo Cristo del Desenclavo. «Podemos sustituir los tronos del sábado por los del jueves, que son más pequeños, y pasar de 90 a 40 braceros. Esperemos que con eso valga, y no tener que llevar la Santa Urna a ruedas. Que habrá que hacer reajustes lo tenemos clarísimo».

Con respecto a la última Semana Santa, el Desenclavo se enfrenta al reto de dos años de parón y estrenará unas parrillas y la remodelación de los tronos de Jueves Santo, que en 2018 y 2019 no pudieron salir por la lluvia.

Destacará un nuevo acto en el programa, que ya se puso en marcha el año pasado en la intimidad, y que este año se abrirá al público. En la mañana de Viernes Santo abrirán las puertas de Santa Marina con una exposición y acto de veneración al Cristo del Desenclavo. Ya por la tarde, se le hará un velado, es decir, cubrir con un velo al crucificado y durante los oficios y la celebración eucarística se le irá descubriendo. «Es una tradición que se hacía muchos años atrás, lo de ocultar las imágenes con paños, y en Sevilla se sigue haciendo. Don Ovidio, el párroco, que viene de Riello y allí se mantiene la costumbre, nos lo propuso», explicar el hermano mayor.

A ello sumarán dos conciertos antes de Semana Santa -jueves y viernes de dolores- en la iglesia, en colaboración con asociaciones de vecinos, con músicos que tocarán a los pies del Santo Cristo del Desenclavo y de Nuestra Madre María Santísima del Desconsuelo.

«Espero que todo salga bien porque después de lo que hemos trabajado y la incertidumbre, lo que quiero es salvar la temporada lo mejor posible», reconoce Argüello, que incluso ironiza con la lluvia y «otros años rezábamos para que no lloviera e igual este año es mejor para tener calma».