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El cielo se abrió y con ello lo hizo Santa Nonia. La verja que permaneció cerrada durante mucho tiempo rompió su cautiverio con un «¡Qué sea enhorabuena, hermanos!» del hermano abad que llevó consigo los aplausos de los hermanitos.
Cuando los papones se dirigían a la capilla las caras no podías ser más serias. Nadie se quería creer lo que estaba previsto desde hace tiempo. Minutos antes de las 7 de la mañana llovía en León y, por ende, lo hacía también Santa Nonia.
Los primeros pasos colocados en San Francisco tuvieron que retroceder y regresar a la carpa. Los preparativos se detuvieron a la junta de gobierno de la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno se enclaustraba en el interior de la iglesia. Una decisión muy importante se debía tomar.
Con la vista puesta en la aplicación del tiempo y la mirada de fondo en Roma, la penitencial más populosa de la Semana Santa de León se debatía sobre si la ronda de las 7:15 iba a ser preludio del inicio de la Procesión de los Pasos. Tocaba esperar.
El abad Ignacio Tejera asomó con su junta y dio un pequeño halo de esperanza a los miles de papones allí congregados: «Vamos a esperar media hora», y la media hora fue eterna.
Algunos apuraban para tomar el segundo -o tercer- café de la mañana; las manolas se reajustaban sus peinetas; los del vicio encendían el mechero y se prendían otro; mientras que el gentío se mantenía arremolinado en torno a la puerta, otra vez cerrada, de Santa Nonia.
Fue una media hora muy larga en la que algunos se resignaban: «No podemos salir»; y otros pedían celeridad: «Si lo hacemos, hay que hacerlo ya». De ahí la complicada decisión que estaban tomando -y orquestando- desde la junta de gobierno.
El viceabad Sergio González y el abad Ignacio Tejera tenían la decisión final y junto al resto de seises diseñaron una alternativa que a todas luces veían viable. Todo ello mientras, en esa media hora pedida, el cielo sin llegar a despejarse decidía dejar de llover.
A la hora fijada, y ante las peticiones de silencio para recoger bien el mensaje, la decisión de Jesús estaba tomada: «Salimos», fueron las siete letras escogidas para aliviar los corazones de los hermanitos. Un «salimos» que llevaba un pero detrás: la procesión solo irá hasta la plaza de Regla por el camino normal y regresará a por la calle Ancha. Y otra excepción: los pasos no estarán en el acto del Encuentro, a excepción de San Juan y la Madre Dolorosa.
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José A. González, Sara I. Belled y Cristina Cándido
Borja Crespo y Lidia Carvajal
Clara Alba y Lidia Carvajal
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