La figura de un 'Judas' colgado en un árbol de la localidad de Modino, en Cistierna. Noelia Brandón

La cuelga del Judas protagoniza la Semana Santa en las cuencas de Cistierna y Sabero

Esta tradición se sostiene en localidades como Modino o la propia Sabero, donde el peso de las procesiones ha descendido en las últimas décadas, pero se sigue utilizando a estos monigotes como una atracción para los visitantes

Rubén Fariñas

Cistierna | Sabero

Miércoles, 31 de marzo 2021, 17:49

En las cuencas de Cistierna y Sabero se apagó la minería hace años, perdiendo así su principal actividad económica. Sin embargo, la tradición popular está permitiendo que una de las tradiciones de estos valles se mantenga a pesar de la despoblación y el envejecimiento de ... la zona.

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En la pequeña localidad de Modino, el Sábado Santo sigue siendo día grande. Allí, desde que alcanza la memoria de sus gentes, se sostiene una costumbre secular: la cuelga del Judas.

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«Se hacía bien vestido; con zapatos, careta y un sombrero, y luego se le ponían unas cuelgas de huevos, que no nos dejaban comerlos fritos porque había que dejarlos para el día de Judas, soplarlos y que saliesen», explica un veterano de este pueblo como es Benjamín Alonso.

Una cuelga de huevos que, al igual que el propio personaje con su buzo, lleno de hierba y paja colgado de algún árbol, tiene unas raíces que emanan de los dimes y dirites de otra época. «Era Judas porque era algo chispilla y como pasaban hambre en aquella época, cuando dormían todos se iba a los gallineros y cogía los huevos. Cuando le colgaron le dijeron que los huevos iban a ponérselos de corbata», bromea este vecino de Modino.

Una tradición que va a menos

La falta de juventud no ha minado los ánimos de Modino, donde cada Sábado Santo hay una cita con la tradición. Antaño se hacía entre los mozos, tras una grandona donde se mataba un cordero o un pollo y se celebraba una fiesta toda la noche. Esto tiene aún réplica en otros pueblos de Cistierna. En lugares como Vidanes o Sorriba se siguen haciendo, pero ya en la zona de Pesquera ha quedado en el olvido.

Solo la pandemia coartó la cuelga del Judas en Modino, para evitar que se junten los jóvenes. Y es que la forma sigue siendo la misma que hace años, sólo ha cambiado la ubicación de la representación. Primero se ponía en medio del pueblo, en dos negrillos, pero al secarse tuvieron que cambiar de posición. Ahora se suele hacer a la entrada del pueblo, en un nogal, donde se suben los mozos a colgarlo.

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Esta es una de las pocas tradiciones que se mantiene de una Semana Santa de la localidad que ha ido a menos debido a una herida aún abierta entre sus vecinos. Cuenta Benjamín que hace ya algunos años se quemó la iglesia, la parte que era de madera, y donde se recogían muchas tallas de Semana Santa y candelabros y las estatuas de dos judíos con dos espadas que se ponían en el altar en esta época y que ya no se pueden utilizar.

También en el valle de Sabero

También han ido perdiendo peso los actos pasionales en Sabero, donde sobrevive su viacrucis viviente de Olleros, mientras que el resto se ha visto reducido a una tradición muy leonesa.

Otro 'judas', en este caso en Sabero.

«Ahora, en Semana Santa, solo en los bares para matar judíos, pero las procesiones se perdieron hace ya 25 años. Salían todos los días, pero se perdió porque somos menos gente y antes en cada pueblo había un cura y ahora hay un cura para ocho pueblos», afirma Javier González, vecino de Sabero.

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Aún se mantiene desde hace décadas, al igual que en Cistierna, esa cuelga del Judas, siendo este vecino del pueblo minero el encargado de que esto no caiga en el olvido. «Hace 40 o 40 años nos juntábamos la pandilla, 20 o 30, y pasábamos la noche en el monte cenando; y por la mañana se colgaba, pero ya no encontrabas a nadie porque o se habían marchado o no estaban en condiciones», recuerda entre bromas.

Se cuelga el Domingo de Resurrección

También se utiliza un muñeco vestido con un mono, chaqueta y pantalón, paja y papeles, y se preparan los pies y las manos y la cabeza que se cuelga en la mañana del Domingo de Resurrección.

«Hace 40 años se llegaban a colgar al menos cinco, y a mí me tocó siempre colgarle y luego quemarle. Se perdió la tradición en los 90, y ahora hemos vuelto con los chavales y algún amigo para que no se pierda; muchas veces no saben ni quién lo pone».

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Se desconoce quién lo cuelga, pero muchas veces sí se ha identificado a la persona colgada, algo que no ha quedado exento de polémica. «Hubo polémica una vez por colgar un minero con lámpara y todo; yo nunca hice ningún personaje, es una cara que no representa a nadie». Pero sí apunta a la gracia de hace dos años cuando quien apareció colgado fue un Carles Puigdemont.

Cuidado con los cristales

El Judas se ha convertido en todo un reclamo para los curiosos, que acuden a la localidad ese día solo para comprobar cómo es su figura cada año. Eso sí, hay alguna tradición que se ha tenido que modificar. «En algunos sitios ponen los 40 huevos y se les tiran piedras para romperlos, pero ahora no tanto porque bares cerca y puedes romper algún cristal».

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La esperanza de Sabero pasa porque los chavales vayan adentrándose en este peculiar mundo de esta cuenca minera, donde han perdido su principal actividad económica, pero tratan de resistir a la pérdida de una costumbre que hace olvidar, al menos por unas horas, el cierre de sus pozos mineros.

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