San Claudio vive un sermón contenido sin alzar al Cristo al cielo

El aforo dentro del templo impidió que asistieran todos los hermanos de la Cofradía del Santo Cristo de la Bienaventuranza, pero muchos quedaron a las puertas del templo para no perderse el sermón.

La iglesia ha permanecido abierta desde las 9:00 horas de la mañana y los actos se iniciaron con una enorme ofrenda florar al Cristo de la Bienaventuranza, pero la pasión ha sido tal que los hermanos repartieron las flores por las otras tallas también expuestas en el interior del templo. Una ofrenda que ha recordado la salida desde el patio del Albeitar de la procesión, la última vez, hace dos años.

No faltaba ningún detalle y la emoción de los asistentes recordaba la importancia de cada Jueves Santo para los hermanos de la cofradía. No han querido renunciar al sermón, aunque si han tenido que cambiar el escenario. Y de este modo, a la Iglesia de San Claudio se fueron acercando fieles y devotos para el acto.

Faltaban los capillos azules, esos a los que se compara con el color de la tela del caballo de Almanzor y que este año no llenarán de pureza las calles de la capital leonesa.

Y cuando el Cristo de la Bienaventuranza debía estar entrando en la plaza de Regla, sonaba este año triste 'La muerte no es el final' en la Iglesia de San Claudio. Era el momento en el cual el 'Moreno' sería alzado a pulso hasta el cielo, pero no pudo ser. Este año, tampoco.

No olvidan sus momentos, pero se conformaron en el templo con un solemne y sentido sermón que el párroco de San Claudio también quiso iniciar recordando, que hoy debería estar en la plaza de Regla, bajo la mirada de la Catedral.