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Carlos y su mujer Ana posan en el pasillo de su casa. Sandra Santos

La casa convertida en museo de la Semana Santa de León y Andalucía: «Mi tarta nupcial se cortó con un sable de escolta»

Carlos Tascón, bracero con Jesús y la Redención, abre las puertas de su casa para mostrar su «particular museo» en el que recoge centenares de objetos de Semana Santa

Miércoles, 9 de abril 2025

«Soy papón, por sentimiento; // soy cofrade, por devoción. // Soy nazareno, de corazón; // y bracero de mi cristo de la Oración».

Con esa frase, que recoge en un cuadro en su casa, Carlos Tascón describe su propio sentimiento cofrade y nazareno, por ese orden. No fue papón de cuna, sus padres no le inculcaron ese espíritu del que muchos presumen en este mundo, pero a sus doce años se convirtió en autodidacta y se adentró en su primera procesión.

Ahora, con medio siglo de vida, puede presumir de haber convertido su casa en su particular museo de la Semana Santa. Todo un «territorio cofrade», como se puede leer ya en el felpudo, con centenares de objetos vinculados a la pasión leonesa, además de a la de Sevilla y Málaga.

«Me gusta la Semana Santa en todas sus versiones y la he vivido en todos los puestos salvo en una junta de seises», reconoce este leonés que empezó siendo hermano de filas de la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno en el año 1986, con la primera anécdota de su amplia trayectoria paponil: «Salí con la cruz negra y se me rompió». A partir de ahí, se desvió hacia la vertiente musical empezando por la banda de cornetas y tambores de Jesús, siendo fundador de la del Santo Sepulcro, pasando por la extinta de la Redención hasta acabar fundando la de la Bienaventuranza y terminar en Santa Marta y La Cena. Como bracero ha sido fiel a dos pasos: Nuestro Señor Jesús de la Redención y la Oración en el Huerto, del que fue bracero mayor hasta 2024. También ha pertenecido a la Hermandad del Cautivo de Málaga, guiado por su hermano Javi, y al que compara con el sentimiento que solo el Nazareno le ha generado.

Una casa, un museo

El olor a incienso se desprende en cada rincón de su casa. De hecho, un incensario cuelga del salón y otro reposa en el «altar de la Cuaresma», un rincón que da la bienvenida con objetos de varias cofradías leonesas. A ello se suman puzles que hizo durante el confinamiento, papones que le regalaron sus padres, cuadros, tejas y decenas de pulseras de cada rincón del país o los nuevos 'Sony angels'. En la cocina mandan los imanes cofrades; en su habitación un costal personalizado del cristo de la Oración en el Huerto; en el pasillo su objeto más valioso: los mantolines del Cautivo de Málaga y Las Tres Caídas de Sevilla; y hasta la manta del salón recoge la imagen del Gitano.

Lleva seis años viviendo con su mujer Ana, con la que se casó en plena pandemia en la iglesia del Mercado, teniendo así una oportunidad que muy pocos han tenido: el traslado del Nazareno permitió que contrajeran matrimonio «ante la señora -Virgen del Mercado- y el señor -Nazareno- de León». Y sobre el cuadro de bodas del salón reposa la espada de la escolta de la banda de Las Tres Caídas de Sevilla, regalo de un amigo con la que partieron la tarta nupcial.

«Tenía muy claro que el día que tuviera una casa iba a ser así. Ni que la hubiera tenido en la cabeza. Tení a que tener lo que me gusta y lo que yo siento de verdad», explica. Y ese recorrido empieza con su primera foto a Nuestro Padre Jesús Nazareno que guarda desde la habitación donde dormía en la casa de sus padres. A ello ha ido sumando regalos de su mujer y de su hermano Javi, aunque también cosas que le gustan y se ha comprado. Algunos objetos han ido cambiando de ubicación durante estos años, salvo uno que siempre ha presidido el salón: un montaje con el Nazareno y la luna de fondo. «El Nazareno es mi sentimiento, es mi fe, a quien yo me agarro cuando pasa algo. El Nazareno está por encima de todo», nos confiesa por si aún nos quedaban dudas de ello.

De fondo no suena ninguna marcha en la vivienda, aunque perfectamente podría hacerlo 'Al Compás de la Laguna', su preferida, o 'La Pasión', 'La Fe', 'Caridad' o 'Gitano tu eres de Santa María'. Tampoco es necesario una melodía para darse cuenta de que la Semana Santa lo impregna todo con sus azulejos de Santa Nonia, los cuadros de cartón pluma del Cristo de la Redención y la Oración en el Huerto o una imponente figura de punto de cruz del Nazareno. Todo ello lo completan papones, medallas, cuadros y fotos hechas por el propio Carlos. También destaca un cenicero de la Redención con amplio valor económico y sentimental: «Si se me cae, me muero».

Este papón, nazareno de corazón, cuenta con su «particular museo» que siempre soñó. Una casa donde el sentimiento cofrade reside y en la que su propietario ya descuenta los días, con un calendario que marca el tiempo de espera al Viernes de Dolores, para avanzar hacia un Viernes Santo por la mañana en el que vuelva a encontrarse con su Oración y recorra León a los pies del Nazareno.

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