Los estragos del Cega, el Eresma y el Moros

A última hora de la tarde, la Junta dio por finalizada la situación de emergencia como consecuencia de la positiva evolución del caudal de los tres ríos. Los episodios de inundaciones tocaron de lleno también a un buen puñado de localidades, como Prádena, Matabuena, Ortigosa del Monte o Revenga, con inundaciones ocasionales en vías urbanas, bajos de viviendas y garajes.

Las intensas precipitaciones también causaron problemas en varias de las carreteras de la provincia. La Diputación se vio obligada a cortar de forma temporal tres vías como consecuencia de las balsas de agua que se formaron en algunos tramos y la caída o arrastre de distintos elementos. A última hora, la SGV-3131, en el puente de Allas, entre Abades y Marugán, permanecía cortada. La SGV-2312 que conecta Rebollo y Arevalillo de Cega, así como la SG-2313 entre Pajares de Pedraza y Rebollo, volvieron a abrir al tráfico en torno a las ocho de la tarde.

Sin embargo, la Corporación provincial apunta que ha habido puntos habituales en la lista negra de las inundaciones que en estas jornadas no han sufrido graves trastornos. Son los casos de la carretera que comunica el Portachuelo de Los Ángeles de San Rafael con El Espinar y la de Hontanares de Eresma. En ambos casos se construyeron sendos puentes que han impedido que las crecidas de los ríos Moros y Eresma alcanzaran las calzadas.

La fuerza del viento también fue protagonista durante las últimas horas. En la estación de esquí de La Pinilla se llegaron a registrar rachas de hasta 140 kilómetros por hora.

Rescatado un pastor

Uno de los municipios más damnificados Matabuena. El desbordamiento de los diferentes arroyos que discurren por el municipio ha ocasionado destrozos en el asfalto y en viviendas, así como en el bar de la localidad. En Gallegos, la torre de la antigua iglesia conocida como Torregil también ha sufrido desperfectos como consecuencia del fuerte temporal de lluvia y viento de las últimas horas.

Los bomberos tuvieron que actuar en decenas de avisos a lo largo y ancho de la provincia, sobre todo para achicar agua y en labores preventivas para asegurar construcciones. Por fortuna, no hubo que lamentar daños personales. Las dotaciones desplazadas a Añe rescataron a un pastor que había quedado atrapado por las inundaciones en la zona. Tuvieron que emplear correas para recoger al hombre, a quien en una primera exploración sanitaria no se le detectaron lesiones.