El patrimonio histórico y monumental de la provincia de León es incalculable. Los leoneses contamos con grandes restos históricos que hacen de nuestra tierra, uno de los territorios más ricos en cultura. Por esta razón, Leonoticias se acerca este verano, a vista de dron, a los castillos y murallas más espectaculares de la provincia.
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Es momento de adentrarse en el Castillo de Benal, una fortaleza Omañesa situada en la localidad de El Castillo, en Riello.
La construcción del castillo de Benal debe entenderse dentro del proceso de aumento del poder señorial en la Baja Edad Media debido a las sucesivas concesiones de los monarcas de la dinastía Trastámara. Gracias a ellos, empezaron a surgir nuevos linajes y poderosos señoríos que acabaron por sustituir a los antiguos linajes. Una de estas familias beneficiadas en León será la de los Quiñones, quienes se constituirán en importantes promotores de todo un conjunto de castillos y torres repartidos por sus territorios.
La primera fortaleza de la que se tiene constancia documental es el castillo de Benal, Benar o Viñal. Las noticias más tempranas hablan de cómo en 1366, Enrique II de Trastámara dona a Juan González de Bazán el «castro de Benal». Pocos años después, en 1375, este castillo aparece como entregado por herencia de su padre a Diego Fernández de Quiñones, señor de Luna. Este llevó a cabo reparaciones y reformas que le granjearon la enemistad de los concejos por la explotación que sufrían los trabajadores del contorno. Por desgracia, no sabemos hasta qué punto estas obras alteraron la fortaleza original, si fue una reconstrucción completa o una simple puesta a punto como sucederá en el vecino castillo de Barrios de Luna, también propiedad de los Quiñones.
La fortaleza, construida con cantos y un fuerte mortero de cal, se sitúa en un altozano rodeado de la fértil vega que se extiende en la confluencia de los ríos de Salce y el Omaña. Utiliza una infrecuente planta triangular, adaptándose al reducido espacio físico. En dos de sus vértices se disponían cubos semicirculares. En el tercero, situado hacia el oeste, se sitúa una torre cuadrangular. La entrada se efectuaba por el lienzo sur, el mejor conservado en la actualidad, donde también se disponía una línea de muralla adicional. El escaso tamaño de su torre y carencia de otras dependencias hablaría de una probable función estratégica y de demostración de la autoridad en sus territorios más que de residencia para el señor.
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Al igual que sucede en otros castillos, la tradición oral local mantiene la leyenda que en el patio de armas existía un acceso con escaleras a un presunto túnel que discurriría hasta el cercano yacimiento romano de «La Puebla» por debajo del cauce del Omaña. Las personas más ancianas recuerdan incluso de lanzar piedras a través de dicha abertura y que acabaran sonando a una gran profundidad.
Con el paso de los siglos acabaría pasando a manos privadas y cayendo en la ruina, desmontándose sus muros para aprovechamiento del material.
Afortunadamente, en el año 2023 el Ayuntamiento de Riello y la Diputación de León llevaron a cabo la restauración y consolidación de sus restos para así convertirse en un bien turístico más junto a los muchos con los que ya cuenta la comarca de Omaña.
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