Bembibre cierra la Feria Agroalimentaria por todo lo alto

Éxito rotundo. Así se podría definir la nueva edición de la Feria Agroalimentaria que cada año se celebra en Bembibre a finales de febrero. Un evento que siempre acoge la llegada de expositores provenientes de toda la provincia y que, en esta ocasión, ha contado con la presencia de un vendedor procedente de tierras francesas. Esta representación internacional ha sido un aliciente más para una feria que siempre atrae a un número considerable de turistas, que no pasan por alto la oportunidad de hacerse con los mejores productos de la zona en un Pabellón Municipal lleno hasta la bandera.

Los días previos a la realización de la feria, la concejala de Cultura, Comercio, Turismo y Fiestas puso de manifiesto la siempre positiva respuesta que tienen los vendedores a la convocatoria del evento. Una vez finalizado el evento, las sensaciones previas fueron revalidadas por los más de 40 vendedores que fueron fieles a su cita con la localidad. El éxito del público propició un aumento considerable en las ventas de unos expositores que esperan con ganas la llegada de la próxima edición.

Una multitud de provincias españolas contaron con representación en la feria. Desde las cercanas Asturias y Galicia hasta regiones del sur como Andalucía y Castilla-La Mancha. Productos típicos de cada zona del país formaron el grueso de las apetitosas piezas gastronómicas que poblaron los escaparates de los vendedores. Para los amantes del vino, la feria también tuvo su espacio con un stand dedicado a la Denominación de Origen del Bierzo, un sello de calidad autóctono que ofreció sus mejores caldos a un público que sabe valorar el exquisito sabor de los vinos de la región. Tampoco faltó el clásico espacio para los vendedores de cerveza artesanal típica de la comarca. A mayores, la presentación ante el público del vermut Forzado fue todo un éxito de crítica. Todos los presentes degustaron una bebida al que le auguramos un prometedor futuro.

En esta ocasión, el evento ha incluido como novedad la presencia de un restaurante popular que sirvió el afamado botillo a los cientos de comensales que no pasaron por alto la oportunidad de probar el plato por excelencia de la localidad. Por tan sólo 14 euros, los visitantes pudieron degustar una propuesta gastronómica que estuvo disponible el viernes por la noche, el sábado al mediodía y por la noche, y el domingo solo a mediodía. Por último, la feria contó con una serie de talleres que permitieron a los más pequeños dar sus primeros pasos en varios oficios artesanos. Un cierre perfecto a una feria ya consolidada en el calendario festivo de la comarca y que promete seguir siendo un importante impulso económico para una localidad que ya prepara la siguiente edición.

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