Imagen de Raquel Díaz, exmujer de Pedro Muñoz, ofreciendo por primera vez una entrevista a un medio de comunicación.

Raquel Díaz: «Yo sólo quería que aquello terminara, que me asesinara de una vez»

La leonesa rompe tres años de silencio para contar su calvario junto a Pedro Muñoz, un cacique del Bierzo que está acusado de tentativa de homicidio y malos tratos habituales contra su exmujer. Aún no hay fecha para el juicio. Ella está escondida, él en libertad tras dos años de prisión preventiva

Domingo, 2 de abril 2023, 14:26

El sol engaña, hace un frío helador en Castilla. Raquel Díaz (Villablino, 1976) llega sonriente conduciendo su silla de ruedas. Va muy tapada, y en el patio se quita capas «para salir guapa en las fotos». Cuenta los detalles de su historia de terror ... con tal entereza que estremece. Ni una lágrima. De tantos golpes que le ha asestado la vida, «éste sí lo veía venir». Lloró mares en una relación de cinco años de ruido, miedo y golpes que el 27 de mayo de 2020 tuvo el más salvaje de los finales: con ella destrozada, la columna rota tras una caída –fortuita o no– desde la terraza y el cuerpo molido a palos. Catorce lesiones espeluznantes, «incompatibles con un solo mecanismo causal». Sobrevivió de milagro. El presunto agresor es Pedro Muñoz, un expolítico bien relacionado que militó en seis partidos y era concejal en Ponferrada.

Publicidad

A continuación podrán disfrutar de un resumen de una entrevista que está disponible al completo en ABC.

—¿Por qué quieres hablar ahora?

—Necesito contar que las víctimas de violencia de género desgraciadamente no son solamente esas mujeres a las que matan. Esta sangría nos afecta también a las mujeres a las que nos dejan como estoy yo, o malheridas, mujeres que vivimos para siempre con miedo a esa persona aunque vaya a prisión, porque algunos cuentan con ayuda externa para intentar hacernos la vida imposible.

—¿Tienes miedo?

—Mucho miedo. Estoy dentro del sistema Cometa, vivo encerrada, cuidada y protegida, pero hablamos de una persona temida cuyos tentáculos son alargados, es capaz de todo por salirse con la suya.

—¿Tanto poder tiene un exalcalde de pueblo?

—Sus amistades peligrosas lo protegen y ayudan. Fíjate en cómo han silenciado mi historia ciertos medios de comunicación en Castilla y León, mi pesadilla no ha existido, ni una línea, ni un minuto. No es casualidad. Él en el pueblo era una persona muy temida. Se vanagloriaba de lo que había hecho en los 12 años en que fue alcalde, porque gracias a los fondos que la Unión Europea facilitó a los pueblos mineros creó calles que no existían y encargó muchas obras. Pregunta quién hacía esas obras, así hizo amigos y socios, y así se explican muchas cosas.

—¿Le obedecías?

—Intentaba que no se enterara para no cabrearle, pero era difícil porque no me dejaba fumar, ni beber alcohol, ni salir con amigas, ni viajar a maratones con ellas, sólo con él.

—¿Por qué nunca contaste las agresiones físicas?

Publicidad

—Me daba mucha vergüenza y tenía miedo de que hiciera cualquier cosa contra los míos. Vivía amenazada. Consentí y toleré. Ahora tengo que vivir con eso, y es muy jodido de llevar.

—¿Recuerdas la primera vez que te agredió?

—Perfectamente. Se iba a Portugal con su ex y vino a casa a despedirse. Me forzó a tener relaciones sexuales, una experiencia durísima que todavía recuerdo. Estuve días sin poderme sentar. Una vez casados eran frecuentes los malos tratos.

Publicidad

—¿Recuerdas bien aquel día?

—Muchísimos detalles de aquella maldita noche. Lo que ocurrió, lo que hizo, lo que me decía, a quiénes llamó… Me preguntaba si seguía viva, quizá pensaba que ya me había matado. Yo sólo quería que aquello terminara, que me asesinara de una vez.

—Declaraste que te golpeó con un palo…

—Una especie de bate, lo teníamos como defensa personal. El palo no ha aparecido, ni mi ropa, tuvo tiempo de deshacerse de todo. Estuvo en libertad cinco días a pesar de que una médica advirtió que lo mío no fue una caída. ¿Quién lo dejó libre tantos días? ¿Qué pruebas destruyó, o destruyeron?

Publicidad

—Si le tuvieras delante ahora…

—Me sigue produciendo miedo, sería capaz de hacerme cualquier cosa.

—Han pasado más de 34 meses desde que sucedieron los hechos, no hay fecha para el juicio, ¿qué le pides a la Justicia?

—Que señalen la fecha del juicio cuanto antes, que ya es hora. De corazón, pediría una condena de prisión permanente revisable. Que tenga el castigo que se merece por intentar asesinarme, por las veces que me forzó a mantener relaciones y me maltrató psicológicamente, no solamente por aquel 27 de mayo. Tengo varios proyectos interesantes para contar mi experiencia y ayudar a otras víctimas a que no pasen por este infierno.

Publicidad

Más información en ABC

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas

Publicidad