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«Hemos oido que en el término municipal de Ponferrada, un oso tremendo ha dado muerte a un sargento licenciado y herido gravemente a otras dos personas que le salieron al encuentro».
Así contaban en el siglo XIX los periódicos de la época la visita de un plantígrado a la ciudad de Ponferrada que quitó la vida a un vecino de Los Barrios, Ventura Vocayo, que regresaba de hacer el servicio militar, e hirió a otros dos trabajadores, uno de Calamocos y el otro, el molinero de San Blas.
Una visita que se repetía este pasado martes en la capital berciana y que lejos de ser común ya sucedió en abril de 1876, como atestigua un recorte encontrado por el historiador Alejandro Valderas en el periódico El Porvenir de León.
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El «feroz animal», como se le describe en los 'ecos locales' de la gacetilla, fue muerto de un tiro. Aquel plantígrado pesó once arrobas -algo más de 126 kilos- y su piel fue regalada al Instituto de la villa, actual IES Gil y Carrasco ubicado en la plaza del Ayuntamiento.
Un documento de don Juan Menéndez Salazar y conservado durante décadas por don Adelino Yebra recuerda aquellos hechos acaecidos a orillas del río Boeza la madrugada del sábado de Dolores de 1876.
Tras sembrar el pánico en la zona, el oso, que resultó ser osa, recibió la muerte de varios disparos a manos de Pihuho de San Lorenzo y don Paciano Ucieda, de una familia berciana muy conocida, en las fraguas de Campo.
La historia, que conmocionó a los vecinos, se transmitió de generación en generación, recordando el festín de carne y la donación de los restos al instituto.
El pintor Primitivo Álvarez Armesto fue el encargado de inmortalizar sobre el lienzo la presencia de la osa en Ponferrada. En un libro dedicado a su figura se recogen las tres pinturas que pertenecen a la Colección del Museo del Bierzo y fueron donadas por la Familia Ucieda Gavilanes, protectora de esta historia.
La serie presenta la secuencia de la aparición de la terrible osa, a la que se muestra enfurecida y devastadora, y su cacería a manos del cazador Paciano Ucieda.
Los tres lienzos fueron restaurados por el Ayuntamiento de Ponferrada entre los años 2017 y 2018 por Coral Llorca.
La historia, ya olvidada entre las gentes ponferradinas, se conserva en negro sobre blanco en los recortes de la época y en las pinturas que no olvidan el ataque de la osa que marcará para siempre el pasado de Ponferrada.
«Hemos oído que en el término de Ponferrada un oso tremendo ha dado muerte a un sargento licenciado, y herido gravemente a otras dos personas que le salieron al encuentro.
El feroz animal ha sido al fin muerto de un tiro pesando once arrobas, habiéndose regalado la piel al instituto de aquella villa».
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Álvaro Soto | Madrid
Jon Garay y Gonzalo de las Heras (gráficos)
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