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A. CUBILLAS
Miércoles, 13 de diciembre 2017
El suicidio de la artista leonesa Sara Calleja llega a los tribunales. Su acosador, con el que había mantenido una relación sentimental, será juzgado el próximo 19 de diciembre por dos delitos continuados de amenazas y coacciones en el ámbito familiar por los que se ... enfrenta a dos años de prisión.
Según el escrito de calificaciones previas a las que ha tenido acceso este diario, las amenazas y coacciones empezaron desde que Sara decidió poner fin a la relación el 19 de septiembre de 2013. A partir de esa fecha, empezó un calvario para esta berciana que decidió terminar con su vida para encontrar la libertad que le privó su pareja.
Tras no aceptar la ruptura, Christian empezó a llamarle y a enviarle insistentemente mensajes y correos electrónicos, rogándole que volviese, que hablasen o se volviese, a pesar de la negativa insistente de Sara.
Y así entre el 5 y el 15 de diciembre de 2013, le remitió numerosos mensajes y correos en los que utilizaban expresiones intimidatorias y amenazas de muerte que, además de “coartar y perturbar su tranquilidad y normal desarrollo de su vida”.
Finalmente, el juzgado acordó la medida cautelar de alejamiento e incomunicación a favor de la denunciante, auto que, sin embargo, no se pudo notificar al acusado hasta el 15 de marzo de 2014.
El 11 de julio de 2015, Sara se quitó la vida tras lanzarse por la ventana de un piso de la calle Aragón de Ibiza.
“Pareces hielo, cemento, jamás vi cosa igual; no tienes sentimientos ni respeto a nada. Dios sabe quién eres y lo que eres...mala hasta las muelas. Goza, el mundo da vueltas y tiene esquinas; cuídate, jamás olvidaré esto, me has desgraciado mi vida, no respetas nada. Eres maldad. Acuérdate que tarde o temprano pagarás tu cuenta”.
“Soy tu Christian que te amo, te ama y te amará y te lo demostraré con mi vida”; “puede parecer en cualquier lugar y momento, jamás dejaré de amarte”; “jamás te olvidaré, jamás desaparecerás vayas donde vayas, estés donde estés, siempre te encontraré”.
“Para mi León está a la vuelta, cerquita; sé que voy a caer y te encontraré para que me devuelvas todo lo robado de mi existencia”; “te odio”; “te pido paz, amistad y acabar de todo esto, nunca me rendiré hasta que no hables. O me muero o me meten al talego, está claro”.
“Me voy a ir a León y acabar muy mal todo. Ya no lo aguanto”; “Por favor evítame ir a León y hablemos de una vez aunque chateando, evítame una desgracia de Navidad porque me voy a ir en menos que canta un galla... te amo y deseo quedar como amigos”
“Ya vale de locura, Sara háblame, quedemos en paz, tranquilos, ya no sé qué voy a hacer, soy capaz de mater...me... háblame..:”; “El dolor que me haces te lo voy a devolver... mi hijo lo jodiste, ahora me toca a mí...boum pan pan...no vaya a ser que tu cara cambie del día a la mañana... o peor... los disgustos por llegar...se paga todo el mal que se hace en esta vida, acuérdate”
“Te voy a esperar y encontrar para hablar... aunque me vaya a chirona... debes entender esto Sara, nov vine para las buenas, esta vez me quedo... aunque sea en el calabozo... pero no sin ser culpable de algo...porque por ahora solo pido lo que me robaste...”;
“Hasta la muerte y lo que venga. Habla, escribe, deja de esconderte”; “espero verte en cualquier momento, estoy cerca”; “estoy por aquí”; “traidora, porfa comunica algo, di algo”; estoy en la esquina, venga por favor o llama a la policía. Quiero verte, hablar, estoy muy mal, se me va y viene una locura. No sé qué hacer para que entiendas mi dolor, mi amor y que dé está no saldré hasta las últimas consecuencias. Estoy decidido a todo lo que pueda pasar. Ya son tres meses de penas insoportables, algo terrible me va a pasar por amarte tanto; dime algo”.
“Hasta la muerte”; “Sarita, la paciencia se acaba, me voy a ir a León y vernos, ya no soporto tus maltratos, comunica, reflexiona, solo busco paz y salir de esta pesadilla. Después quedarás feliz... evita problemas, locuras, delirios. A mí ya me da igual todo ya que me dejaste hecho una mierda, sin razón y gozas de mi dolor. Habla, comunica por el amor que tuvimos. Tranqui pon la cara”
El Ministerio Fiscal entiende que los hechos son constitutivos de un delito continuado de amenazas en el ámbito familiar y un delito de coacciones en el ámbito familiar, por los que le solicita un año de prisión por cada uno de ellos. Por su parte, la defensa solicita su libre absolución.
Sara Calleja terminó con su vida tras sufrir, según relató ella misma en una misiva dirigida a una juez de León, un 'insoportable acoso' por parte de su expareja desde 2010, cuando inició una relación con un viejo amigo de la infancia.
En total presentó 19 denuncias contra su expareja y vivió tres juicios en los que se determinó varias órdenes de alejamiento pactándose además entre las partes su ingreso en prisión por un periodo de nueve meses.
la muerte de Sara causó conmoción en la Unidad Orgánica de Violencia de Género de Ibiza, cuyos agentes pertenecen al Servicio de Atención a la Familia (SAF) de la comisaría ibicenca. Su caso lo llevaba uno de los agentes de la unidad, que quedó "muy afectado" por lo ocurrido el 11 de julio, fecha en la que mujer se suicidó.
Sara Calleja llevaba poco tiempo en Ibiza, a donde había llegado para estar con su hija y dejar atrás la pesadilla que estaba sufriendo a manos de su expareja, Christian C. Sin embargo el acoso a través de las redes sociales nunca cesó y la mujer, también angustiada por la falta de recursos generados por este caso, alcanzó un punto límite.
En su día, los hijos de Sara señalaron que trató de un presunto suicidio inducido, por lo que advirtierón que exigirían que el caso lleguase a los tribunales y que todo el peso de la ley cayese sobre la expareja de su madre. Finalmente, Christina será juzgado por un delito de cooaciones y amenazas.
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