LM Wind Power Ponferrada saca músculo y se consolida como líder empresarial en El Bierzo y el conjunto de León tras una trayectoria que ya supera la mayoría de edad.
Publicidad
Atrás quedó la situación límite vivida en el 2011 y que puso en entredicho la ... continuidad. En la actualidad, el futuro de la compañía eólica -perteneciente a General Electric- invita al optimismo aunque la prudencia marca el discurso.
A finales del verano, LM incorporaba 180 de trabajadores para la puesta en marcha de una tercera línea de producción en el marco de un proyecto de 18 meses, elevando la plantilla hasta el millar de personas.
Una ampliación del personal que respondía a la reactivación del mercado nacional. De esta forma, LM vuelve a producir para Españas tras ocho años dedicando el «cien por cien» de la producción a la exportación.
De esta forma, la factoría cuenta en la actualidad con tres líneas de fabricación de palas eólicas y marítimas y en los últimos tres años han quintuplicado su producción.
Sin embargo, la «variable» demanda mundial dibuja un interrogante a futuro, lo que convierte al mercado español y su comportamiento determinante para la continuidad de la factoría berciana.
Publicidad
Francisco Vega, director de LM Wind Power Ponferrada, incide en esta idea y remarca la necesidad que la apuesta española por el sector eólico sea «decidida, clara y constante», un sector que en ningún caso, apostilla, puede estar al albor de los cambios políticos.
LM inició su andadura en el año 2000 en Ponferrada con 120 trabajadores, alcanzado en 2007 su pico de 1.300. Sin embargo, la crisis económica y el colapso del mercado eólico, abocó a la planta a una crisis sin precedentes, reduciendo su plantilla a los 150 trabajadores en 2012.
A partir de ahí, la planta ha experimentado un importante crecimiento. En 2015 en respuesta a la crecimiento demanda de los clientes, la planta triplicó sus empleados hasta los 550 hasta alcanzar el 2019 con el entorno de un millar y una producción durante estos años que supera las 20.000 palas.
Es más, advierte que será «determinante y absolutamente fundamental» para la planta de Ponferrada que el mercado español se reactive y se consolide ante la incertidumbre que generar la exportación.
Publicidad
«Los desafíos que presenta la exportación son constante. Hay tercer países que se incorporan contantemente a la exportación y eso hace que no exista una garantía de competencia», señala Vega, que incide en la necesidad de existir un mercado «fuerte, estable y sólido».
«Para garantizar el futuro y la continuidad de la planta de Ponferrada se pone encima de la mesa el mercado nacional. No se puede depender de la exportación con la cantidad de desafíos que presenta. Hay que tener una base nacional muy sólida».
Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.