Vinos que degustan León

Este verano, León te espera, vuelve a tus orígenes, vuelve a tu historia, conoce los secretos mejor guardados de nuestra tierra; patrimonio, naturaleza y gastronomía. León es una provincia para recorrer y sentir, en la que podrás vivir experiencias inolvidables, disfrutando de su gastronomía, alejándote en un medio natural sin igual, reencontrándote con los tuyos y contribuyendo con tus experiencias a generar riqueza. Así todos juntos ayudaremos a que León siga hacia adelante, superando esta situación, apoyando al sector y a nuestras gentes.

El vino es la sangre que corre por las venas de León. Por ello en esta ocasión, y gracias a Turisleón, vamos a realizar un recorrido por diferentes zonas vitivinícolas de la provincia. Este sector va más allá de la agricultura convirtiéndose en los últimos años en un importante motor turístico.

Esta provincia cuenta con dos vertientes vinícolas, por un lado la DO Bierzo y por otro la DO León. El año pasado se recogieron casi 17 millones de kilos de uva repartidos en 13 millones de kilos por parte del El Bierzo mientras que León llegó a los 3,5 millones de kilos de uva. Todo ello constituye la materia prima para elaborar un producto cada vez más valorado por consumidores y expertos y avalado por diferentes concursos y certámenes celebrados a nivel mundial.

Nuestra primera parada la realizamos en tierras bercianas para conocer unas cepas muy arraigadas. Desplazarte en coche por estas zonas es observar calles y calles llenas de cepas, un placer para la vista si se realiza en la época en la que portan sus verdes hojas que resguardan a las uvas.

Lo tradicional es que todas las familias tuvieran una pequeña finca de la que elaboran su propio vino o vendían en pequeñas cantidades. La modernización de la agricultura ha propiciado que este modelo de negocio haya cambiado y aunque siguen existiendo pequeñas parcelas son cultivadas por unos pocos agricultores agrupados en cooperativas. De todas formas, todavía existe la costumbre familiar de elaborar el vino para consumo propio.

Para mantener el rigor y expandir la marca en 1989 nace la Denominación de Origen Bierzo. Después de 30 años han sabido potenciar variedades tintas como la Mencía, o entre las blancas Doña Blanca y Godello, a la vez que han sabido adaptarse con variedades experimentales como Tempranillo, Merlot y Cabernet Sauvignon.

El microclima del que puede presumir El Bierzo ve sus resultados en el excelente vino que produce. Temperatura suave con una humedad regulada hace que este valle haya creado una cultura a través del vino. Con muchas de sus fincas en pendiente pasear por estas zonas parece una exposición divina en la que el producto se sitúa de una forma propicia para observarlo en su máxima expresión.

La forma de cultivarlo ha variado mucho. Ahora el control de todos los procesos ha reducido las variaciones en las cosechas aunque debido a la disposición de las fincas siga guardando el carácter tradicional en la forma de vendimiar. Cortando cada racimo a mano siendo un momento óptimo para visitar el desfile de cestas y vendimiadores por las calles de llenas de vides.

A través del vino, El Bierzo te invita a realizar rutas de senderismo y disfrutar de sus paisajes. Las viñas ocupan gran parte del territorio berciano, así que con la vista puesta en las vides recorremos La Tebaida Berciana, los montes Aquilianos, el valle de Fornela, el valle del Sil o la sierra de Gistredo. Además llegamos a espacios protegidos como la sierra de Los Ancares, declarada Reserva de la Biosfera por la Unesco. Otro de los enclaves importantes de esta zona son Las Médulas este entorno paisajístico formado por una antigua explotación minera de oro romana está declarado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad.

Los verdes valles que acogen a los viñedos son completados por árboles frutales o fértiles huertas que conviven con el pasado de castillo y monasterios y el olor que transmiten las bodegas .

A lo largo de este camino, las bodegas y viñedos de Cacabelos, Camponaraya, Valtuille de Abajo, Arganza, Canedo, Quilós, Dehesas, Carracedelo, Toral de los Vados, San Román de Bembibre y Villafranca del Bierzo no dejan de sorprendernos.

Y del bierzo a la zona sur de la provincia para conocer la Denominación Origen León. Se crea en 2007 con el objetivo es profesionalizar un trabajo que nace en un formato familiar para darle difusión a la calidad de este brebaje. Pequeñas bodegas familiares donde descansa el vino hasta su momento óptimo de consumo hoy han dado paso a grandes bodegas que mantienen un sello de calidad.

Grandes extensiones de viñedos decoran los paisajes de esta zona que está resguardada por los ríos Esla y Cea. Bajo un clima mediterráneo en su variante fría nace esta bebida. Sin suda alguna la particularidad de esta tierra, que la diferencia del resto, es su variedad autóctona, Pietro Picudo.

Estas tierras disponen de suelos aptos para el cultivo del viñedo ya que están todos situados bajo los 900 metros de altitud, asentados sobre terrazas aluviales.

Una zona donde la modernización en todos sus procesos es constante. Grandes maquinarias agrícolas han sustituido a la mano de obra del hombre. Un proceso que se puede ver en la recogida de la uva donde máquinas vendimiadoras recogen en horas lo que antes de forma manual se tardaba días. Un proceso que ha permitido recoger la uva en su mejor punto de maduración y vendimiarla a la hora propicia evitando los cambios bruscos de temperatura.

Pasear por los pueblos de este enclave es sentir el vino de cerca. Las bodegas familiares forman parte de la arquitectura tradicional de esta zona. Convertidas en la actualidad en zonas de descanso donde las reuniones familiares y de amigos se suceden somos invitados a una gran comilona que como no podía ser de otra manera es acompañada por un buen Pietro Picudo. El calor del verano es contrarrestado con el frescor que se vive dentro de estos lugares, rodeado de cubetos o barricas de las cuales nos servimos el vino disfrutamos de la vida que se vive en estos pueblos.

Además existen muchas bodegas convertidas hoy en otros espacios como restaurantes o museos. Concretamente, nos dirigimos al centro de Interpretación del Vino situado en Valdevimbre. Ubicado en una antigua cueva de más de 300 años fue construida para macerar y conservar los vinos de estas tierras. Nos adentramos en su interior donde diversos paneles repasan el pasado vinícola. Desde los primeros sistemas de elaboración hasta la modernización del proceso, así como los entresijos de la vid observamos a través de estos trípticos. Una forma de entender el pasado y presente de esta zona.

La maquinaria tradicional se presente ante nosotros para enseñarnos el prensado a través de un sistema de palancas sujeto de una viga de más de diez metros. Un sistema que utilizaron los romanos y que ha quedado obsoleto hace un par de décadas. Nos sentamos para ver un pequeño documental que nos hace un repaso de las características, variedades y propiedades de todo este espacio vitivinícola. Y del frescor de la bodega salimos al calor de la superficie, el sol 'aprieta' y que mejor manera de contrarrestarlo que cogiendo fuerzas en un restaurante de la zona, lo que antiguamente era una bodega hoy ofrece una variada gastronomía en la que no faltan productos de la zona, acompañados como no podía ser de otra manera de un Prieto Picudo.

Los pueblos de este enclave derrochan historia y tradición. La zona de los Oteros guarda un pasado romano que se puede ver en pueblos como Pajares de los Oteros. En esta zona también destaca Cebrones del Río con su iglesia que guarda en su interior una talla del siglo XIII. Valencia de Don Juan, sede la de DO León, presume de su Castillo, una obra gótica declarada Monumento Nacional.

Nos dirigimos a Toral de los Guzmanes donde después de darnos un buen chapuzón en sus inmejorables piscinas, visitamos uno de los museos más singulares de la provincia. Dedicado al Botijo, aquí se pueden observar la diversidad y variedad de este tipo de objetos. No podemos resistirnos a pasar por Fresno de la Vega, una de las huertas de León donde cada año se rinde homenaje al pimiento.

El vino forma parte de la cultura de esta tierra. Ambas denominaciones se han preocupado en poner en contexto a sus vinos. De esta forma nace el enoturismo leonés, una forma de conocer la provincia a través del vino. Este caldo es mucho más que una simple bebida, detrás de él, hay una experiencia, un aprendizaje, unas costumbres, una gastronomía y sobre gente que lo ha sabido mimar y poner en valor.

Numerosas rutas permiten adentrarse en los viñedos, conocer el trabajo que se realiza en las bodegas o ver los canales de distribución; todo ello con el objetivo de vivir el vino desde dentro. Cada vez son más las bodegas preparadas para ofrecer eventos, desde reuniones informales hasta de trabajo pasando por bodas se pueden realizar en estos espacios.

Una forma de dar a conocer la provincia, evitando la despoblación de las zonas rurales siendo a la vez una fuente generadora de empleo sostenible y de calidad.

La tierra de León es generadora de grandes vinos, distinguidos y personales. Vinos que derrochan elegancia y carácter. Vinos cuyo sabor se apropia del clima, la tierra y el trabajo de los agricultores. Vinos que representan el mejor maridaje de la gastronomía leonesa. Vinos que degustan León.

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