Utrecht, urbe histórica y monumental situada entre canales

Pese a no ser una ciudad internacionalmente conocida como es el caso de Ámsterdam o Róterdam, históricamente es la más importante de Países Bajos, donde alcanzó su punto álgido entre los siglos XI y XVI. Siendo uno de los centros religiosos más importantes de todo el viejo continente, albergando la sede de la Conferencia Episcopal y afianzándose como símbolo de protestantismo. Además, la ciudad da nombre al tratado que puso fin a la Guerra de Sucesión Española.

Utrecht representa la esencia más pura de los Países Bajos, liberada de la masificación turística que se agolpa en Ámsterdam, la capital. Destaca entre otras cosas, por su universidad, casi un cuarto de su población es estudiante. Los fines de semana los mercadillos amenizan el ambiente que, cuando el tiempo acompaña se llena de lugareños que abarrotan terrazas y cafés. Destacan el mercado de las flores, el de las telas y el de comida y artesanía.

El Castillo de Haars es una de las obras arquitectónicas más importantes de la zona, considerada la fortaleza más grande de Holanda y una de las más bellas del reino. En el casco histórico, empedrado, se levanta la Torre Dom, símbolo de Utrecht, un total de 112 metros de altura desde donde se divisan unas espectaculares vistas del casco antiguo. En sus alrededores se extienden verdes pastos que alimentan a las vacas holandesas, de cuya leche se fabrican multitud de quesos diferentes.

En dichas extensiones se cultivan diversas flores, entre las que destacan los tulipanes. Los Países Bajos son los mayores productores y exportadores del mundo tanto en flores como en quesos. Varios molinos típicos de la región salpican los campos dotándolos de mayor belleza.

Los romanos se asentaros en sus tierras y fundaron la ciudad hace más de 2.000 años. Una localidad repleta de canales, construidos durante el siglo XII y utilizados como red de transporte de mercancías. Por ello es conocida como 'la Venecia holandesa'. Numerosos bares, restaurantes e incluso hoteles se agolpan a orillas del Oudegracht, uno de los canales más representativos.

Cerca de 20 millones de bicicletas pueblan las calles del país holandés y Utrecht no es menos, en sus calles se amontonan cientos de ellas como medio de transporte rápido y saludable, tanto para sus vecinos como para el medio ambiente. Se acumulan en torno a los puentes y los canales, dejando estampas maravillosas, típicas del reino. Hay bicicletas por todos los lados, de hecho es la ciudad con más bicicletas por habitante de Holanda y cuenta también con el aparcamiento de bicis más grande del mundo, con capacidad para 12.500.