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I. SANTOS
Jueves, 5 de julio 2018
«Vestas no gana si el obrero para», uno de los gritos más repetidos en la sede de la Junta de Castilla y León por los trabajadores de la multinacional danesa que siguen luchando por un acuerdo en el que se les garantice el puesto de trabajo más allá de este 2018. Entre gritos, pitos y petardos los manifestantes han mandado un mensaje claro a la empresa: lucharán hasta el final.
En la jornada de este jueves el paro de cuatro horas se ha trasladado desde las puertas de la fábrica en el polígono de Villadangos del Páramo hasta la capital leonesa para dar visibilidad a un problema que afecta a cerca de 400 trabajadores.
También en esta jornada los empleados de Vestas votarán si aceptan o no el acuerdo propuesto por la empresa que garantizaría el puesto de trabajo de toda la plantilla hasta el 31 de diciembre de 2018, que se pagarán 55 días por año trabajado y que la empresa correrá con los costes de las huelgas convocadas. Pero desde el comité de empresa sospechan que «saldrá un resultado negativo» ya que «no les garantiza el empleo para 2019 que es lo que estamos pidiendo», asegura Juan Francisco García, presidente del comité de Vestas León.
Una situación que se plantea como insostenible, ya que la empresa asegura que recolocará a 380 trabajadores en una línea en la que actualmente trabajan 60 personas aproximadamente. «No nos han informado de los puestos ni de los turnos que habrá ni de cuál será la producción», critica Juan Francisco.
Centenares de trabajadores han sido apoyados a las puertas de la Junta por sindicatos, partidos políticos y asociaciones. También se ha desarrollado un grupo de trabajo en el que está incluido Cecale, la Junta, CCOO y UGT y por el cual tratarán de dar solución a la plantilla. Gonzalo Díez, secretario general de CCOO Industria Castilla y León asegura que a través de este grupo «vamos a intentar evitar la deslocalización de Vestas».
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«Nos parece vergonzoso, teniendo en cuenta la oportunidad que se presenta», lamenta Gonzalo Díez, que recuerda los acuerdos de París donde la Comisión Europea marca objetivos del 32% que «una empresa puntera como Vestas debería aprovechar y no deslocalizar la fábrica».
Desde CCOO critican que la empresa pretende desmantelar un fábrica que es rentable, pero no en la medida que lo venía siendo hace años por las subvenciones recibidas. «La empresa ha recibido cuantiosas ayudas por parte de la Junta y ahora deciden irse», critica Gonzalo Díez que asegura que seguirán luchando para «evitar la deslocalización de la empresa».
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