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RUBÉN FARIÑAS
Villadangos del Páramo
Martes, 25 de septiembre 2018, 13:56
Última rotonda, últimas pedaladas. La meta, ese lugar al que tantas veces había acudido a trabajar, ya estaba cerca.
Piru ha vuelto a casa, con su gente, quienes le han recibido como lo que es, el héroe que ha recorrido 2.500 kilómetros en bicicleta por todos ellos.
Puño al aire y aplausos. Una ovación merecida y emocionada. «Se te pone la piel de gallina cuando cruzas la última rotonda y ves la que hay aquí montada; se te junta aquí todo», reconocía el aventurero tras posar su primer pie en tierra.
Música, comida y un homenaje merecido. Andrés Turienzo culminaba ante la fábrica de Vestas las once etapas que le llevaron hasta la sede de la factoría, en Dinamarca.
Un largo viaje cruzando Europa que tuvo un momento cumbre: la llegada a París.
«Lo recuerdo como un momento duro; vieron que había aire en contra y se echaba la noche encima y no llevábamos ni la mitad del recorrido. La llegada a París fue un momento de euforia; que un tío en bici se meta en la capital de Francia era una locura y, a partir de ahí, hubo un cambio de chip».
Una vez en Aarhus, él y sus tres compañeros de fatiga entregaban en manos de Jean-Marc Lechene, VP de Manufacturing y Global Procurement de Vestas, la carta con el sentir de la fábrica. Según este bañezano, el responsable de Vestas mostró corazón, «a diferencia de los dirigentes de la planta leonesa», y calificó de «increíble» la lucha de estos trabajadores.
A pesar de ello, el viaje por Europa ha servido a Andrés para ser realista. «Creo que está todo escrito; es muy difícil; tenemos la esperanza, algo queda, pero buenas noticias no nos llegan». La confianza nunca se pierde y ver la unión de estos operarios ya es suficiente.
La lucha no quedará en vano. Los 360 trabajadores de Vestas en Villadangos se han hecho un hueco para la historia de la resistencia obrera. Y este es el mensaje que quieren dejar para las nuevas generaciones: «Les contaría que trabajé en una empresa con más de 360 personas, que hubo un momento muy duro, que nos unimos, nos hicimos muy fuertes y se nos ocurrió una locura. Por muy duro que sea, si estamos unidos, no van a poder tan fácil con nosotros».
Un monolito con la silueta de un ciclista y un lema recordando la heroicidad de Piru reposa ya ante la fábrica. Junto a él posaba el trabajador, extasiado por el esfuerzo y emocionado por el respaldo de sus compañeros.
Un manifiesto, una emotiva carta leída por un familiar, la entrega de una empanada con un muñeco que representaba a Andrés Turienzo y la canción dedicada por IsaMil9 a la resistencia de Vestas fueron el punto y aparte al homenaje a un hombre que llevó en su corazón el sentimiento de toda la provincia de León.
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