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El Juzgado de Instrucción de La Bañeza investiga al profesor de matemáticas del IES Valles de Luna, en Santa María del Páramo, tras ser detenido por la Guardia Civil acusado de pederastia. La denuncia que llevó a esta acción policial provino de María, una profesora del centro y madre de un estudiante, quien señala años de comportamientos «manipuladores» por parte del docente.
María explica que comenzó a sospechar incluso antes de formar parte del claustro, cuando, durante un evento de San Valentín, unos alumnos le mostraron fotos en las que aparecían disfrazados, pero «sin pantalones».
Este hecho, unido a relatos de estudiantes que describían «juegos y retos» que sustituían exámenes, le hizo darse cuenta de que algo no era normal. «Había una dinámica de manipulación encubierta en la que los menores, condicionados con regalos y puntos extra, confiaban plenamente en él», señaló.
La docente afirma que el profesor había creado una imagen de persona «imprescindible» en el centro, lo que dificultaba que otros adultos cuestionaran sus métodos. Según explicó, sus estrategias incluían publicar constantemente fotos con estudiantes en redes sociales, realizar actividades fuera del horario lectivo y fomentar una relación que excedía los límites profesionales.
«Aceptaron estas dinámicas porque estaban completamente normalizadas», confiesa. Sin embargo, desde su posición como profesora y madre, observó patrones de manipulación evidentes. «Los chicos pensaban que sus comportamientos eran normales porque los adultos a su alrededor también los aceptaban. Entraban al instituto siendo vulnerables y, cuando cumplían 16 años, ya no eran ellos mismos. Les manipulaba desde el primer momento», afirma.
María resalta que fueron los propios estudiantes quienes comenzaron a alzar la voz, aunque de forma tímida al principio. «Los chavales han sido valientes, aunque muchos todavía no asumen lo que han vivido. Ellos mismos me decían que rezaban para no tenerlo como profesor. Ahora empiezan a entender que lo que hacía no era 'buen rollo' ni actividades normales». También aclaró que los chicos que denunciaron no le deben nada, ni los puntos ni los regalos que utilizó para manipularlos.
La docente hizo un llamamiento a las familias para que revisen los teléfonos de sus hijos y colaboren con la investigación. Según sus palabras, «muchos padres no eran conscientes de lo que estaba ocurriendo, pero si hubieran visto lo que yo he visto, no se lo pensarían ni un segundo».
María también hizo hincapié en la importancia de «no mirar hacia otro lado» y actuar de «inmediato» para proteger a los menores. «Esto no se trata solo de notas ni de actividades escolares. Esto es muy gordo, y la gente tiene que entender que mirar hacia otro lado sólo perpetúa el problema», dijo.
Con la detención del profesor, el ambiente en el instituto ha cambiado. «El día después de su arresto, los alumnos me decían que estaban tranquilos por primera vez. Nos hizo creer que lo necesitábamos, pero no es así. Podemos seguir adelante sin él, y en este caso debe ser un ejemplo para otros centros donde pueda estar ocurriendo algo similar. Esto tenía que haberse detenido hace años», insistió la docente
María se mostró contundente al señalar que el problema va más allá de un caso aislado. Según explicó, estos comportamientos suelen estar amparados por la falta de denuncia y la tendencia de algunos adultos a justificar situaciones inapropiadas.
«Este señor tenía manipulado a todo el mundo. Muchos sabían lo que pasaba, pero no querían verlo ni enfrentarse a la realidad porque es difícil asumir que algo así sucede tan cerca de casa».También lamentó que durante mucho tiempo las quejas de algunas familias quedaran ignoradas. «Muchas madres acudieron al centro, pero se cansaban de que no las escucharan y se marchaban con las orejas agachadas. Ahora, más que nunca, necesitamos valentía para apoyar a nuestros hijos y protegerlos».
Finalmente, la profesora recordó que la detención no es fruto de una exageración ni de un malentendido. «No le han detenido por una historia inventada. Lo que ha pasado es real y muy grave. Es nuestro deber como sociedad actuar, proteger a los menores y evitar que esto vuelva a repetirse».
El caso sigue bajo investigación, y se espera que el testimonio de los afectados sea clave para esclarecer el alcance de las presuntas acciones del docente. Entretanto, María continúa luchando para que los alumnos afectados recuperen su confianza y para que ninguna otra familia tenga que pasar por una situación similar. «Nuestros hijos están por encima de las notas. Es de valientes denunciar y dar visibilidad. Ahora es el momento de hacerlo».
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