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El bueno de Rick Sánchez, motor de la serie RC
La séptima venida de 'Rick y Morty' aguanta el tipo de sobra

La séptima venida de 'Rick y Morty' aguanta el tipo de sobra

La ya veterana serie de Adult Swim (en HBO Max en España) supera con creces las expectativas tras el despido fulminante de uno de los creadores

Domingo, 21 de enero 2024, 02:16

Había mucho en contra, pero lo han vuelto a hacer. Cuando nos aburramos definitivamente de Rick y Morty no será, según parece, porque pierda calidad, sino porque no aguantemos que sigan bordándolo. El reto no era simplemente mantener el nivel de las temporadas anteriores, sino ... sobre todo sobreponerse al trauma —nunca aclarado del todo— del despido del alma de la serie, Justin Roiland.

Roiland fue uno de los creadores, ahí sigue su nombre, claro, pero también ponía las voces tanto de Rick como de Morty. Además de las acusaciones por coacciones y abuso sexual a una de sus parejas —que han terminado en absolución por falta de pruebas—, sus últimos años trabajando en la serie fueron un calvario para muchos de sus empleados, tema que ha relatado el co-creador y ex-amigo de Roiland, Dan Harmon, que además confirmó que últimamente ni siquiera trabajaba en la confección de guiones, sino solamente aparecía a la hora de grabar las voces. El primer reto fue, pues, la sustitución de estas voces, y el resultado es asombroso porque son casi idénticas: para no querer a Roiland en la producción, su espíritu sigue más que vivo y solo en ciertas inflexiones detectamos algo de diferencia con su timbre y su estilo.

Pero vayamos al grano, porque los demás trabajadores de la serie seguramente querrían que se hablase de algo más que del espectro de Roiland. Para empezar, cada episodio de la serie, y esto ha pasado siempre, contiene una cantidad de información tal que merecería un artículo. O un artículo académico, un tratado. Quizás esta temporada, más que otras, ha centrado el tiro en un gran tema por episodio (las creencias más allá de la muerte, la justicia, la demagogia, las rupturas traumáticas, el consumo y el comercio internacional, los miedos más profundos…) aunque nunca de manera directa y explícita. Es alucinante la maestría de estos guiones que presuponen que el espectador es inteligente y vive en el siglo veintiuno, que tiene muchas referencias en la cabeza, y también que vive en un mundo de atención dispersa y breve y hay que aturdirle un poco… A veces el poso de los episodios está en un chiste de dos segundos, a veces la carcajada está en el mínimo despiste.

Clásica escena del garaje: muy educativo para el nieto RC

El otro día (da igual cuándo se lea esto) echaban por la tele 'Regreso al Futuro' y recordé que en un origen Morty venía de Marty McFly (flaco favor) y Rick de Doc, pero ha llovido tanto en este tiempo que aquella referencia se queda enana. Todo cabe en 'Rick y Morty', y la gota de cultura popular que representa ese clásico de los ochenta es una nimiedad: la ciencia ficción es solo una pequeña parte de lo que hay que manejar para captar todo lo que pasa aquí, pues también se hace referencia al funcionamiento político de nuestras sociedades, a los traumas psicológicos de nuestras familias y a los sexuales de todos nosotros, a la historia entera de la literatura y el cine, al vasto universo de la cultura hip hop o a los debates más avanzados y urgentes de nuestro día a día.

Es una serie de moda en todos los sentidos y esta vez los títulos de crédito vuelven a llenarse de nombres conocidos que han interpretado personajes clave, o han hecho de sí mismos, como Hugh Jackman —demostrando mucha cintura, pues su papel es horrendo—, Christina Hendricks o Susan Sarandon (la inolvidable psicóloga de Rick). Por no mencionar al actor y rapero Ice-T, un tanto olvidado por la industria desde principios de los noventa, que ya apareció en otras temporadas por el juego de palabras con su nombre: en esta ocasión lidera un capítulo entero sobre una absurda guerra entre cifras y letras. Los miembros de la familia protagonista, sin embargo, han perdido protagonismo esta temporada.

En el gran tercer episodio vuelven a aparecer dos clásicos, el presidente y la psicóloga RC

El engranaje de cada episodio pasa varias veces por cada argumento, oponiendo en un principio el sádico cinismo cientifista de Rick al ingenuo sentido de la justicia de Morty, trufándolo con pellizcos de otros personajes y pasando por todo tipo de debilidades humanas. En esta serie sí hay conclusiones, sí hay pequeñas enseñanzas, no es 'South Park' ni 'Padre de familia'. Pese a todas las borracheras de Rick y el onanismo desenfrenado de Morty, es una serie con alma, podría decirse que es una serie humanista. Personas desagradables que se tratan mal pero que al final suelen tomar decisiones correctas, porque tras coquetear con el relativismo, en el momento clave todavía somos todos capaces de ser un poco kantianos y decantarnos por una opción no tan mala para los demás. Que no se puede tener siempre lo que se quiere puede ser el mensaje más implícitamente repetido de la serie. Rick es el ser más inteligente y poderoso de la galaxia y sus infinitas réplicas, pero subiendo una y otra vez la piedra por la ladera, termina muchísimos episodios resignándose. Ganar no lo es todo, debe haber algo más.

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