Borrar
Margarita Levieva (Marina Litvinenko) junto al protagonista David Tennant RC
'Litvinenko' en Movistar+: mística y terror radioactivo en el corazón de Londres

'Litvinenko' en Movistar+: mística y terror radioactivo en el corazón de Londres

Una serie típicamente policiaca que relata la lucha de quien quiere resolver un crimen contra quien no quiere que se resuelva, con isótopos radiactivos de por medio

Miércoles, 1 de marzo 2023, 01:20

Una vez más nos encontramos con la fiebre de las miniseries basadas en truculentos eventos reales. Grandísimas historias que merecen sin duda ser contadas, aunque, de nuevo, nos encontremos con el dilema entre la representación suficientemente fiel (los hechos siempre son más complejos, véase ' ... Argentina, 1985') y el saber que no está mal que, aunque no sea perfecta, llegue a mucha gente una versión resumida. Una adaptación de toda la vida.

Nos ocupa uno de los casos de espionaje más enrevesados de los últimos tiempos, y se compartimenta en solo cuatro capítulos. Entramos en harina inmediatamente, no se pierde tiempo, pero —ligero spoiler, por si has estado en un retiro monástico de veinte años— Litvinenko muere bastante pronto y el resto de la serie es investigación policial. Por supuesto, una endiablada y exótica investigación, pero muy pegada a un producto televisivo clásico y muy similar a las producciones de la BBC que mejor conocemos. La historia real ayuda a darle interés, porque no en todos los dramas policiales se acusa a Putin —buen timing— ni aparece el fantasma de la radiactividad, un elemento narrativo casi religioso, invisible pero mortal, que nos hace recordar episodios de un terror inimaginable al calor de los medidores Geiger.

Ese tema medio místico todavía está fresco en la ficción, por supuesto con la 'Chernobyl' de HBO. Si el mayor problema que le encontrábamos a esa serie era que hablaran inglés, aquí hay quien no se ha tragado el acento ruso de David Tennant como Litvinenko. Yo creo que el intento es loable, y además le tenemos siempre hablando en un estado de destrozo fisiológico importante. Pero tampoco habría importado, para el tiempo total en pantalla, un actor con buena base de ruso (el problema no es cuando habla ruso, sino cuando habla inglés poniendo acento como si no fuera su lengua materna). El resto de actores dan la talla con soltura, salvo el director de la operación, que por alguna razón es un personaje más peliculero que el resto. Mucho más humano es el primer policía que se enfrenta al caso, el genial Neil Maskell (el inolvidable Arby de 'Utopia', una gran serie de hace diez años que no debes ver si eres un conspiranoico antivacunas). Esa mirada siempre medio perdida de Maskell es un tesoro nacional de la pantalla británica.

Dos formas de llevar una investigación RC

Aunque los policías son bien competentes, se agradece que se muestren las presiones para no agitar el avispero geopolítico: tenemos pruebas para acusar a Rusia, pero no procede acusar porque son más importantes los lazos comerciales. Los países con hidrocarburos son intocables y punto, eso queda claro. El absurdo viaje a Moscú que hacen los investigadores es muy interesante, aunque de lo increíble que es apetece conocer la historia real para asegurarse de que no han exagerado nada.

'The Guardian' llamó a Litvinenko «el hombre que resolvió su propio asesinato». Lo mataron con polonio-210 en el té. El envenenamiento de un ciudadano británico (nacionalidad recién adquirida) con un veneno ruso es más salvaje aún por pervertir el sagrado símbolo de la tetera. Una afrenta inmensa.

  1. Una cosa más

Un postdata muy pequeño. 'Litvinenko' tiene una serie de rótulos en pantalla, por ejemplo algo escrito en un post-it, o algo que se lee en un ordenador, o un diploma en la pared, que están traducidos al español. No es un subtítulo, sino que hay una tecnología que cambia el texto en la propia imagen, y a veces no demasiado bien (con los desenfoques, el texto se echa a temblar). La directora del colectivo de subtitulación Subteksto, Marta Miquel Iriarte, comenta que esta práctica, localizar a través de insertos, siempre fue habitual en el mundo de los videojuegos, pero tiene mucho menos sentido en producciones realistas e hiperlocalizadas como esta. «Yo lo subtitularía», dice, y que aunque sea información necesaria para seguir la trama «puede expulsar al espectador, que sabe que en Londres no hay un cartel por la calle donde pone en español 'Comisaría de policía'». Estamos de acuerdo. En un producto así, que quiere ser tan real y tan rematadamente británico, no tiene mucho sentido.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

leonoticias 'Litvinenko' en Movistar+: mística y terror radioactivo en el corazón de Londres