Emma Stone, una Frankenstein feminista

Después llegó su primera película en inglés, 'Langosta', con Colin Farrell y Rachel Weisz, distopía futurista en la que los solteros eran sometidos a una reeducación para que encontraran pareja en un plazo máximo de 45 días. En 'La favorita', que le brindó el Oscar a Olivia Colman, ya estaba Emma Stone, protagonista de 'Pobres criaturas'. También rezumaba humor absurdo, sátira, sexo morboso y truculencia en la lucha de dos mujeres por hacerse con los favores de una reina en la Inglaterra del siglo XVIII.

'Pobres criaturas' se basa en una novela del escritor escocés Alasdair Grey (1934-2019), que ha reeditado en nuestro país Libros Walden tras un cuarto de siglo inencontrable. Historia de monstruos y alegoría política al mismo tiempo, el libro dinamita la sexualidad femenina victoriana a partir del retrato de la bella y apasionada Bella Baxter, un personaje en el que Emma Stone se desmelena y que es más que probable que le brinde su segundo Oscar tras el conseguido por 'La La Land'.

Bella es la hija/criatura del doctor Godwin Baxter (Willem Dafoe, con el rostro desfigurado), una mujer con una cicatriz en el cuero cabelludo. A la manera de Frankenstein, este cirujano no tan loco le implantó el cerebro del bebé del que estaba embarazada cuando la rescató de las aguas tras su suicidio. Ansiosa por aprender, hambrienta de la experiencia del mundo de la que carece, Bella se escapa con un abogado astuto y libertino (Mark Ruffalo) poniendo a prueba los prejuicios de la época. Al principio se comporta como una niña revivida en el cuerpo de una mujer, libre e inocente, dando rienda suelta a sus instintos más primarios: hambre, pulsiones sexuales... Hasta acabar revelando una inteligencia extraordinaria. Ya sea niña, adolescente o mujer, Emma Stone no cambia de apariencia y ofrece un recital interpretativo que despierta la carcajada y conmueve al mismo tiempo.

La sala de un quirófano privado en Glasgow, burdeles parisinos, casinos de Europa, un crucero a Alejandría, los bajos fondos... Lanthimos filma de manera deslumbrante una aventura bizarra que puede verse como su particular 'Frankenstein', cuya vigencia está fuera de toda duda: los hombres, viene a decirnos el cineasta griego, seguimos despistados y no tenemos ni idea de lo que quieren las mujeres. 'Pobres criaturas' es una fantasía gótica y también una comedia de ciencia ficción. Contiene imágenes provocadoras marca de la casa, como unos pollos con cabeza de cerdo, aunque lo más subversivo de esta crónica de empoderamiento es que su protagonista conciba la prostitución como una forma de feminismo.

En este nuevo Frankenstein, la criatura es una mujer hermosa y los monstruos son sus amantes, hombres tóxicos. «La novela de Alasdair Gray es visualmente impactante al mismo tiempo que compleja en los temas que aborda, en su humor, los personajes y su lenguaje. Nunca había leído nada parecido y caí rendido», afirma Lanthimos. «En general, se trataba de una historia sobre la libertad de la mujer en la sociedad. El camino estaba abierto para contar una historia como esta».

Ganadora del León de Oro en Venecia, Globo de Oro a la mejor actriz en la categoría de comedia o musical para Emma Stone, 'Pobres criaturas' transita de la excentricidad del inicio, incluidas explícitas imágenes de masturbación con variados objetos, a la gravedad y la ternura según avanzan las dos horas y veinte del metraje. Un delirio con conciencia social.