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Karla Sofía Gascón en 'Emilia Pérez', filme que le reportó el premio a mejor actriz en Cannes.
'Emilia Pérez': De narco sanguinario a dama caritativa

'Emilia Pérez': De narco sanguinario a dama caritativa

La actriz trans española Karla Sofía Gascón aprovecha el papel de su vida en un libre y atrevido musical mexicano de Jacques Audiard repleto de hallazgos

Jueves, 5 de diciembre 2024, 09:15

«¿Pero quiere cambiar de sexo o de vida?», preguntan en 'Emilia Pérez'. «¿No es lo mismo?», responden. Que se lo digan a la española Karla Sofía Gascón, protagonista de la película de Jacques Audiard, que a los 52 años suena para el Oscar por un papel que parece escrito para ella y que en Cannes le reportó el Premio de Interpretación femenina junto al resto de actrices del filme: Zoe Saldaña, Selena Gómez y Adriana Paz.

Tal como le ocurre al narcotraficante Manitas de Plata, Karla Sofía Gascón se reinventó desde que salió de Alcobendas con el nombre de Carlos Gascón y alcanzó el éxito como actor en México antes de hacer un parón en su carrera para cambiar de sexo y ser la mujer que se sentía desde los cuatro años. Cuando la vemos de hombre al inicio de la película no parece ella. Poderoso y temido, Manitas maneja un cártel mexicano que se ha hecho con el negocio de la droga a sangre y fuego. Pero no es feliz. Quiere desaparecer y renacer como mujer.

Tráiler de 'Emilia Pérez'.

Nuestros ojos en 'Emilia Pérez' serán los de una abogada encarnada por Zoe Saldaña, la guerrera navi de 'Avatar', estadounidense con orígenes dominicanos y portorriqueños. Una eficaz e infravolorada picapleitos cansada de librar de la cárcel a maltratadores, que acepta la oferta del misterioso Manitas: buscar a los mejores y más discretos cirujanos del mundo y enviar a sus hijos y su mujer a que inicien una nueva vida en Suiza (Selena Gómez, en un esforzadísimo español, porque esta cinta dirigida por un francés y protagonizada por dos americanas y una española está hablada en castellano).

Y si el argumento desgranado hasta aquí parece bizarro, no menos lo es el tono que Audiard confiere al filme. Atención: 'Emilia Pérez', mejor guion en Cannes, es un musical, de esos en los que un personaje rompe a cantar y a bailar. Mejor dicho, un 'narcomusical', en ingeniosa definición de los autores de una cinta siempre al límite de la verosimilitud, en la que, sin ir más lejos, el personaje de Selena Gómez no reconoce a su marido cuatro años después de creerlo muerto, a pesar de convivir con él.

Karla Sofía Gascón y Zoe Saldaña en 'Emilia Pérez'.

Que un despiadado capo de la droga se transforme en alma caritativa y funde una ONG para desenterrar los miles de desaparecidos y asesinados en un país enfermo de violencia tampoco hay que analizarlo demasiado. ¿Como ya es mujer han desaparecido sus instintos criminales?

Vigor narrativo

Jacques Audiard (París, 1952) puede ser fácilmente el mejor director vivo del cine francés. El autor de 'Un héroe muy discreto', 'De latir mi corazón se ha parado', 'Un profeta', 'De óxido y hueso', 'Dheepan' y 'Los hermanos Sisters' atesora una filmografía impecable, marcada por personajes inolvidables, un vigor narrativo que le emparenta con maestros como Scorsese y una reflexión moral sobre la violencia.

'Emilia Pérez' es, sin duda, su obra más libre y atrevida, que, a semejanza de un protagonista que busca su identidad, salta del thriller al melodrama y que, llegado un punto, se sumerge sin cortarse un pelo en los terrenos del culebrón desaforado. A Audiard no le importa que haya quien diga que banaliza la violencia en México (la ONG de la protagonista se llama La Lucecita), sino arrastrarnos en un torbellino de música e imágenes, en el que los personajes cantan sus sentimientos de la misma manera que lo hacían los enamorados de 'Los paraguas de Cherburgo', de Jacques Demy.

Mezclar un número musical en un quirófano en el que se canta sobre la vaginoplastia, la denuncia social y el reguetón hubiera sido un disparate en manos de otro realizador. Hay que dejarse llevar por el torrente de creatividad y los hallazgos visuales de una cinta producida por la casa de moda Saint Laurent, en la que curiosamente apenas intervienen mexicanos. Una cosa está clara: nuestra Karla Sofía Gascón no podía imaginar una manera mejor de saltar al estrellato mundial que este enérgico, excesivo, almodovariano, descarado, extravagante e increíble 'narcomusical'.

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