«'Los asesinos de la luna' es mi forma de pedir perdón»

«Después de todo el trauma por el que pasó todo el mundo, el caso de los asesinatos de Osage se convirtió en entretenimiento. Todo el mundo siguió con sus vidas y yo pensé '¿esta película es solo entretenimiento?'. Porque si es así es, es mi culpa. Por eso hice el obituario, y fui a las tumbas de la familia Osage con mi mujer, hijas y nietas. Eso me golpeó, no pensé que iba a ser tan emotivo. Me di cuenta que quizá yo también soy culpable y quizá esta película era mi forma de pedir perdón. La culpabilidad fue interesante, la sentimos todos mientras rodábamos», explicó.

Scorsese también quiso dejar claro a Cortés que su última película, disponible ya en Apple TV+, es, además, «una historia de amor» y que no solo va de «asesinos y víctimas» y desveló que así se lo hizo saber Margie Burkhart, la nieta de la difunta Mollie Burkhart, perteneciente a la nación de Osage, en Oklahoma.

Durante la conversación, a la que acudió por sorpresa la reina Letizia, Scorsese hizo referencia a Pedro Almodóvar, alabando la estética que el director español usa en los rótulos con el título al inicio de sus películas, que calificó como «simplemente preciosos» mientras que, entre risas, criticó los filmes en los que hay «demasiados logos» o créditos iniciales. «Quita los logos, no distraigas y, ¡simplemente empieza la película de una vez!», bromeó.

A su juicio, informa Europa Press, los directores deben tratar de «reinventar la imagen» y no «imitar». En todo caso, apuntó que él «ya no necesita demostrar que puede hacer pirotecnia». «No tengo que demostrarme nada, ahora simplemente voy a conseguir la verdad, ¿qué más me queda? Tengo que encontrarme a mí mismo. ¿Podría expresarme sin cosas rimbombantes?», reflexionó.

Así, Scorsese también habló de su evolución a la hora de hacer películas y explicó que «cuando tenía 20 años» estaba «fascinado» con la superposición de imágenes y el montaje soviético, pero que, aunque le costó, finalmente entendió el poder de un corte directo. «Hay una naturaleza especial en el poder de estos cortes, creo. Y eso me lleva a pensar en ciertos cortes en las películas de Stanley Kubrick, en particular 'Lolita' y 'El resplandor'. El impacto de los cortes, cuando de repente veías la cara de la persona, y te dabas cuenta del impacto tan poderoso que eso tiene. Y me di cuenta de que eso eliminaba muchos excesos que no eran necesarios», ahondó.

Por su parte, Cortés destacó cómo Scorsese en muchas ocasiones «modela» y da «forma» a las interpretaciones en la sala de montaje, mientras Scorsese bromeaba con que «no siempre» consigue al reparto que quiere. «Ha habido veces en las que nadie me ha cogido el teléfono», decía divertido antes de contar una anécdota de 'Taxi driver'. «Robert De Niro y yo confiábamos mucho el uno en el otro. Él confiaba en mí para que le diese forma a la actuación y yo confiaba en él dejándole hacer. A veces me decía que tenía una idea un poco loca y yo le pedía que no me la contase, que simplemente la hiciese. Cuando la hacía, mientras grabábamos, me preguntaba si era demasiado, y yo le decía que no, que me encantaba», recordaba.

Scorsese reivindicó que, tanto realizador como actores, «deben disfrutar de trabajar juntos» y «divertirse», no «cortarles».

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«No tengo que demostrar nada, ahora simplemente voy a conseguir la verdad, ¿qué más me queda?», reflexiona el director

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Martin Scorsese, en su visita a la Academia de Cine en Madrid. Fernando Villar / efe