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Francesca Corio y Paul Mescal. RC
Crítica Aftersun | 'Aftersun' y los recuerdos imaginarios

'Aftersun' y los recuerdos imaginarios

Esta emotiva exploración de la figura paterna, de la melancolía y nuestra memoria a la hora de enfrentarnos a los recuerdos, a veces maquillados, no debe pasar desapercibida

Lunes, 26 de diciembre 2022, 08:43

'Aftersun' es una de esas películas de autor que entusiasma al grueso de la crítica especializada pero no encuentra un hueco decente en la cartelera, con lo cual es recomendable pasar cuanto antes por taquilla para verla en pantalla grande, eludiendo la posibilidad evidente ... de que caiga de la oferta en las salas, de una semana para otra, ante títulos más comerciales con apoyo mediático a golpe de talonario. Afortunadamente, este tipo de cine tiene una segunda vida, generalmente mucho más larga, en plataformas en streaming como Filmin, pero degustarlo en el circuito de exhibición tradicional permite respirar mejor a la producción y distribución independiente.

Conviviendo con la presencia extrema de 'Avatar: El sentido del agua', que ha copado el 85 % de la recaudación en su primera fin de semana con un insultante número de copias, resiste por méritos propios la ópera prima de la cineasta escocesa Charlotte Wells, una emotiva propuesta, galardona en diversos festivales, que juega con la memoria y las sensaciones de nuestra niñez, empleando varias formatos en la imagen -la textura retro del video VHS- y saltos en el tiempo -huyendo de lo obvio-, con una narrativa visual seductora, para elaborar un mapa sentimental que reflexiona sobre la figura paterna, los recuerdos vividos y los inventados.

La protagonista de 'Aftersun' rememora, sin eludir la imaginación, las vacaciones que compartió con su progenitor veinte años atrás, dos décadas que dan para mucho en la cabeza de un alma encontrada. El padre que cree haber conocido choca con el hombre que quizás nunca se mostró como realmente es. El hombre afable y sonriente, encarnado por Paul Mescal, visto en 'Normal People', frente al padre enigmático y roto. Celia Rowlson-Hall ('Prom Night') interpreta a la protagonista en la edad adulta -Frankie Corio cuando cuenta con once años-, una mujer que se mueve entre la felicidad y la tristeza. Lo que vemos en gran parte del metraje se asocia a la alegría, pero el barniz de la melancolía esconde la angustia existencial, un dulce con sabor amargo. Un retrato complejo, y por ello interesante, pleno en matices, que invita a la reflexión del espectador con una belleza aplastante. Un debut llamativo, revelador, que merece estar en las listas del año pero ha cometido el pecado de estrenarse por estos pagos avanzado diciembre.

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