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El colegio y el domicilio familiar son los dos lugares donde los niños sufren con más frecuencia experiencias traumáticas.
La herida invisible

La herida invisible

Al igual que muchos soldados, los niños que han sufrido traumas repetidos como el acoso escolar y los bebés prematuros pueden padecer estrés postraumático. Los impactos emocionales dejan huella en su cerebro

pilar manzanares

Jueves, 5 de enero 2017, 09:00

Osmán tiene siete años, padece parálisis cerebral y vive en un campo de refugiados. Con seis años Tina creía que la única interacción que se podía tener con un hombre era sexual. De Sandy pensaron que no hacía falta tratarle trauma alguno a pesar de ... que con tres años vio morir a su madre y estuvo once horas agarrada a su cuerpo hasta que la encontraron. Arancha se suicidó con 16 años cansada de sufrir acoso escolar. Cada año, millones de niños viven en el mundo experiencias traumáticas que, en muchos casos, ocasionan daños irreparables, a veces similares a los sufridos por los soldados en las guerras o los supervivientes de un campo de concentración. Pequeños como los que ha tratado el doctor Bruce Perry, jefe de Psiquiatría del Hospital de Niños de Texas, cuyas historias narra en El chico que criaron como perro (ed. Capitán Swing), o como aquellos que involuntariamente se convierten en noticia. Niños heridos. Porque el trauma que les ha causado la situación que han vivido es una herida y, en el caso del cerebro, un impacto emocional que deja una huella que no se puede digerir.

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