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Ainhoa Iglesias
Viernes, 27 de enero 2017, 13:48
Este sábado 28 de enero la comunidad china da la bienvenida a un nuevo año. Las calles de las principales ciudades se llenan de dragones y danzas populares para recibir, con honores, la llegada del Gallo Rojo del Fuego, animal al que corresponde el ... año 2017 según sus creencias. Es un día grande para la comunidad asiática y una ocasión perfecta para acercar a los niños a otra cultura. Por extensión, también para hablarles de otras tradiciones y de cómo a veces, por pura ignorancia, se asocian supersticiones y productos exóticos a otros pueblos cuando, en realidad, son ajenos a sus costumbres. Es el caso de las 'galletas chinas de la suerte' o 'galletas de la fortuna' que, a pesar de la creencia popular que las sitúa como un bocado típico que los orientales utilizan para predecir el futuro, no son parte ni de su gastronomía, ni de sus cábalas. Ni siquiera son, de hecho, chinas, sino un invento relativamente reciente, de la primera década del siglo veinte, cuyo origen se sitúa en EE UU.
Y para entrar en harina, qué mejor que colocarse el delantal y, receta en mano, instruir a los críos. Así se hacen las galletas que este sábado no serán parte de las celebraciones por el Nuevo Año Chino. Las galletas con un nombre que es 'mentira' pero, cuyo origen, puede ser una buena historia con la que entretener a los peques mientras el horno hace su tarea.
Ingredientes
Es imprescindible mantener las proporciones, por lo que toca utilizar la báscula. Si los niños son pequeños y no saben aún distinguir los números, no pasa nada, podemos explicarles qué estamos haciendo y algo quedará sobre la utilidad de cuantificar cuando empiecen a aprender. Si ya saben, seguro que les encanta preparar ellos solos los ingredientes en diferentes recipientes.
La parte más delicada es la de separar las claras de las yemas. En función de la habilidad de los peques, podrán hacerlo ellos o deberá ayudarles un adulto.
- 3 claras de huevo
- 90 gramos de azúcar
- 90 gramos de harina
- 20-30 gramos de mantequilla derretida
- Una pizca de sal
- Aroma o esencia de vainilla (opcional)
Cómo elaborar la masa
- Poner las claras de huevo en un bol y batir con un batidor de varillas manual hasta hacer espuma. No hace falta montar las claras pero sí que cojan textura.
- Añadir poco a poco el azúcar. La textura debe seguir siendo espumosa.
- Añadir poco a poco la harina a la mezcla e ir envolviéndola. En este punto la textura espumosa desaparecerá para parecerse más a una crema o pomada.
- Añadir la mantequilla y, si se desea, el aroma o esencia de vainilla y una pizca de sal. Remover bien la mezcla.
- Tapar con papel film y dejar reposar 15 minutos
Precalentar el horno y preparar los mensajes
- Mientras la masa reposa, precalentar el horno a 180 grados.
- Se puede aprovechar este tiempo también para preparar los mensajes que irán en el interior de las galletas. En la mayoría de los sitios se emplean trocitos de folio en los que previamente se ha imprimido un mensaje con el ordenador. Pero ya que es para los niños y las tintas no pintan muy sanas, lo mejor es recortar tiras de papel de horno y escribir a mano los mensajes con un 'boli' de tinta comestible, como los que se emplean para decorar las tartas. Por supuesto si saben, o están aprendiendo, ¡que sean los peques quienes escriban los mensajes!
algo que contar
Tienen forma de empanadilla agazapada y, en su interior, albergan un mensaje con una pista o premonición que presuntamente guiará a quien las consume. Las 'galletas chinas de la suerte' o 'galletas de la fortuna' se han popularizado en todo el mundo aunque su origen es bien diferente al que se cree a nivel popular. De hecho ni son chinas, ni tradicionales. Se ha convenido que este curioso dulce fue ideado por el japonés Makoto Hagiwara, responsable del Japanese Tea Garden del Golden Gate Park de San Francisco. Corría el año 1909 cuando Hagiwara comenzó a servir estas crujientes galletitas como acompañamiento del té, con antiguos proverbios japoneses en su interior. Alcanzaron, dicen, tal popularidad, que pronto muchos establecimientos, tanto asiáticos como estadounidenses comenzaron a ofrecerlos. No obstante, ésto es solo parte del relato. David Jung, fundador de la compañía china Hong Kong Noodle Company de Los Ángeles, comenzó a comercializar las galletas de la fortuna en 1918. Se llegó a reivindicar que en realidad fue él quien ideó las famosas 'galletas de la fortuna', en base a una vieja leyenda de su país que decía que entre los siglos XIII y XIV, sometidos por el imperio mongol, los soldados chinos comenzaron a esconder mensajes en los Pasteles de Luna típicos de su gastronomía para insuflar ánimos a las tropas llamando a la rebelión. Fue en 1983 la Court of Historical Review (Corte para la Revisión Histórica) quien se encargó de establecer, tras una larga disputa del tribunal, que fue en San Francisco donde se originaron las 'galletas de la fortuna' de mano de Makoto Hagiwara.
Dar forma a las galletas
Es la parte más complicada. Lo mejor es que, mientras los peques están aún entretenidos con los mensajes, sea un adulto quien acometa esta última fase.
- Embadurnar con mantequilla la bandeja o cubrirla con papel de horno para evitar que la masa se pegue.
- Tomar una parte de masa con una cuchara y disponerla formando un círculo. La capa de masa debe ser más bien fina. Aquí se pueden emplear un algunos trucos:
1. Si se ha embadurnado con mantequilla la bandeja, simplemente con el dedo -por supuesto bien limpio- se pueden dibujar dos o tres círculos de unos 8 centímetros de diámetro. Si se ha usado papel de horno, se pueden dibujar los círculos por el revés usando una taza o vaso y el boli de tinta comestible. No es indispensable, pero así la forma de la galleta quedará perfecta.
2. Tras disponer la masa en círculos, pasar una servilleta de papel por el borde de cada uno de ellos para dejar la forma pulida y, sobre todo, regular.
3. No hornear más de dos o tres galletas cada vez. Enseguida se explica por qué.
- Meter al horno las galletas y cocinar durante aproximadamente cinco minutos, hasta que el borde de los círculos comience a dorarse. A continuación, sacar la bandeja del horno, colocar los mensajes -bien enrollados, bien extendidos- sobre cada una de ellas, y doblar a la mitad.
- A continuación, utilizando el borde de una taza o de un vaso, dar la típica forma de 'galleta de la fortuna'.
Estos dos pasos hay que hacerlos muy rápido, ya que la masa enseguida se enfría y se vuelve quebradiza, resultando casi imposible darle forma. De ahí la recomendación de no hornear más de dos o tres a la vez.
Y... ¡hasta aquí el plan! Listas las 'galletas de la fortuna' que ni son chinas, ni son tradicionales del Año Nuevo Chino, pero que han servido para aprender algo, cocinar en familia y obtener un rico dulce que consumir o regalar . Puede que, incluso, para dejar la casa reluciente entre todos.
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