El viento de cola

Pues bien, a pocos kilómetros de las tierras de Rubén, decidimos ir a pasar un fin de semana allí donde la actividad principal de las fiestas era el concierto de Juan Perro, más conocido como Santiago Auserón, compositor y vocalista del mítico grupo Radio Futura.

El concierto era de pago y al aire libre, en una zona abierta, por lo que decidimos invertir el precio de la entrada en las cañas previas al evento y escuchar la música a distancia. No fuimos los únicos que pensamos esto, ya que en esa situación nos encontramos a un buen número de personas. Salvando las distancias, algo parecido al concierto de los Beatles en la plaza de toros de las Ventas, en el que las fotografías mostraban que había más gente fuera de la Monumental que dentro. Y allí, sentados en un banco, y haciendo tiempo para que empezara el show, nos fijamos en un taxi que llegaba de la capital y que paraba frente a nosotros. Dos señoras muy bien vestidas y con el ojo perfectamente pintado bajaron del coche, tras pactar con el taxista que las volviese a buscar en un par de horas, en ese mismo lugar.

El taxi dio media vuelta y volvió por la nacional, mientras que una de las señoras se acercó a nosotros para preguntarnos dónde se sacaban las entradas para el concierto de Juan Pardo. Seguro que pueden imaginarse nuestra reacción. ¿Juan Pardo? ¡Señoras, el concierto es de Juan Perro!

El run run de un adelanto de las elecciones autonómicas cada vez coge más fuerza. Prácticamente todo el mundo da por finiquitada esta legislatura y, seguramente estemos ante los días claves que marquen el futuro de la comunidad. De adelantarse estas elecciones, por primera vez irán desligadas de las municipales, elecciones en las que todos sabemos que suele primar el voto al paisano frente al partido. Unas elecciones únicas en clave autonómica, en las que los tiempos cada vez cobran más importancia y en las que en alguna provincia esto puede ser un experimento, porque ya se sabe que las elecciones las carga el diablo.

Las señoras en cuestión, definitivamente no entendieron el mensaje y es que casi no hubo carteles anunciando el evento, pero era tal la ilusión por ver a Juan Pardo que se emborracharon de emoción pensando que iban a escuchar la famosa 'Charanga' y el 'Bravo por la música'.

Parece que Mañueco ahora tiene el viento de cola, sus socios se están diluyendo como un azucarillo en un poco de agua, y muchos de sus rivales aun no están lo suficientemente armados. Así que podría encaminarse a una nueva legislatura de cuatro años.

Las señoras del taxi, ya que estaban allí, decidieron ir a ver a Juan Perro, y probar así con otras melodías totalmente distintas que nada tenían que ver con el fundador de los Brincos.

Siempre nos quedará la duda de si les gustó el otro Juan, y si esperar aquellas dos horas les pudo hacer cambiar de ídolo.