¡Y venga subidas!

Esta inflación reduce de manera importante el valor de la moneda y, desde luego, agrava la crisis económica que ya se arrastra desde hace años

Enrique Valdeón

Miércoles, 16 de noviembre 2022

Todo sube sin remedio. Estamos más que acostumbrados y resignados a las diferentes subidas. La luz más cara cada día, los combustibles, el gas, el pan y así una lista interminable. Resulta que la luz sube por la subida del gas y que se agrava ... más incluso por el aumento de la demanda de los consumidores, por la escasez de fuentes de energía y los problemas actuales en el transporte y en el suministro, o eso nos dicen.

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Ahora bien, cabe recapitular y retrotraerse algunos años para poder llegar a conclusiones, y es que recuerdo por ejemplo cuando en mi etapa de estudiante universitario, época lejana lo sé, el paquete de tabaco rubio era mucho más caro que el de tabaco negro, pero poco a poco se fueron equiparando los precios hasta llegar, ya hace algunos años, a un precio casi similar y ambos subiendo una burrada, por supuesto. Qué motivó esta equiparación de precios, pues ni idea. Pero a callar y a pagar, el que quiera fumar. Lo mismo sucedió con el precio de la gasolina y el gasoil para automóviles. Durante muchos años el gasoil era bastante más barato que la gasolina, lo que llevó a un aumento espectacular en la venta de vehículos con motores diésel, más ruidosos, más contaminantes, pero que usaban un combustible mucho más barato. Con los años, y ya hace tiempo, los precios de ambos son casi similares. La explicación es difícil, por no decir imposible, aunque parece que todo comenzó con la liberalización de los precios de este combustible por parte del gobierno del Sr. Aznar en 1998. A partir de ahí un no parar de impuestos que lo graban y unos precios disparados.

En los últimos tiempos estas subidas generalizadas se vienen «justificando» además como consecuencia de la guerra de Ucrania, y afectan también en gran medida a materiales de construcción e incluso a productos alimenticios de primera necesidad, aunque conviene recordar que la subida desmesurada de la electricidad y los combustibles comenzó antes de esta odiosa guerra. Analizando, por tanto, el iter que llevan todas estas cuestiones me hace poner en duda, al menos, los más recientes motivos, que parecen más bien excusas porque no cuadran del todo con esas subidas de precios, de todos los precios no lo olvidemos, y que nos lleva sin remedio a una inflación galopante. Esta inflación reduce de manera importante el valor de la moneda y, desde luego, agrava la crisis económica que ya se arrastra desde hace años.

En todo caso, que cada uno valore lo que está sucediendo, y para quien no hay argumentos sólidos siempre le cabe otro muy en auge, que sea un efecto secundario de la vacuna contra el COVID. A ver si al final va a ser de la vacuna, pues a saber…

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