De lo que veas la mitad

Así, se anuncian a bombo y platillo que se van a iniciar ya mismo los trámites para obras de construcciones demandadas y pendientes hace años como Institutos de Educación, obras de integración de ferrocarriles y demás. Me viene a la cabeza el Instituto de Villaquilambre, cuya construcción se prometió hace más de cuatro años y ahora parece que al fin se va a disponer de la millonada necesaria para que sea una realidad. Qué raro que sea ahora precisamente cuando aparece el dinero.

Lo mismo sucede con la anunciada obra de integración del ferrocarril en San Andrés del Rabanedo, una obra para la que se presupuesta nada más y nada menos que 50 millones de euros y que se nos vende como algo excepcionalmente bueno, sensacional. Cierto es que el presupuesto no es muy bajo no, todo lo contrario, pero también hay que dejar claro que, en todo caso, el proyecto que se pretende no deja de ser una chapuza que no resuelve el grave problema de integración de este ferrocarril y que afecta de manera fundamental tanto a los municipios de San Andrés del Rabanedo como al de León. Lo cierto, en todo caso, es que se nos hace saber de tan importante inversión por parte del Gobierno Estatal a tres meses de estas elecciones locales. Pero además, sucede otra cosa y es que cuando parece que arranca algo importante de verdad, de repente ocurre que los trenes fabricados no caben por lo túneles existentes, pero ese es otro tema, jorobado tema, por cierto.

Los ejemplos de este tipo son innumerables en esta época en la que nos encontramos, aunque creo que debe tomarse con cautela la credibilidad respecto a que los mismos sean verdaderamente ejecutados en todo o en parte, e incluso el plazo de ejecución de los mismos.

Todos estos proyectos «relanzados con urgencia» son independientes, por supuesto, de los variados programas electorales que en breve serán lanzados por estos partidos políticos que dirigen los intereses de los españoles a nivel nacional y autonómico. Y es que cuela malamente insertar en ellos los mismos proyectos cada cuatro años, porque ello denota que mandato tras mandato no se han ejecutado. Es, por tanto, mejor para los intereses de dichos partidos ponerlos en marcha anteriormente, o al menos hacernos ver que se han puesto en marcha.

Estas actuaciones que, como digo, se repiten periódicamente cada cuatro años poco antes de la cita con las urnas me llevan a recordar una frase muy recurrente y utilizada por mi amigo Jorge Devil que es «de lo que te digan nada y de lo que veas la mitad». Pues eso…