La vacuna española

Pero hagamos un repaso por algunos datos para entender la encomiable labor científica de algunos equipos españoles que trabajan en coronavirus. El virólogo valenciano Luis Enjuanes trabaja en una vacuna replicón de RNA y autoamplificable, lo que puede hacerla mucho más potente. Enjuanes está hecho un chaval en plena ebullición laboratorial a sus…75 años. Está jubilado, y no cobra, lo hace por vocación, pero tiene un monumental equipo de científicos fijos de… 3 personas. Bueno, en la de Oxford han participado unos 200 investigadores, más o menos lo mismo. La vacuna de Enjuanes podría estar en marcha en 2022.

Mariano Esteban, otro chavalín de 75 años de Villalón de Campos, trabaja en una vacuna que promete conseguir una inmunidad mucho más duradera. Pero… no creo que se queje, el personal investigador fijo de su equipo es… él sólo. Sí, ha leído bien. Otros investigadores están contratados con cargo a proyectos de manera que se pueden quedar en la calle en un abrir y cerrar de ojos. Y Esteban cobra… nada. También trabaja ad honorem y vive de su pensión. Su vacuna podría estar en 2022.

El tercer equipo está liderado por Vicente Larraga, mucho más joven (72), también jubilado, y defiende su línea Pedro Alcolea, que cobra la ingente cantidad de… 1.600 euros. Su vacuna (a base de ADN recombinante, sintética y, por tanto, sin posibles problemas de mielitis) se podría conservar a temperatura ambiente, con las implicaciones que eso conllevaría. Estaría lista… pues eso.

No se equivoque el lector. No digo que cada país deba de tener una vacuna. Simplemente esta situación es paradigmática de la investigación en España. Ahora una cadena de televisión, seguramente con la mejor intención, pide firmas para que se dedique a la ciencia el 2 % del PIB. En España (2019) se dedica el 1,2%; en Europa la media es del doble. En Alemania el 3,12%; Francia 2,19; Estados Unidos 2,82; Japón 3,28 o Corea del Sur 4,5%. Y no hablamos de cifras en términos absolutos -lo que nos hundiría en el abismo- sino relativas a la capacidad de generar riqueza de cada país.

Hay que explicarle a la sociedad que no tiene sentido acordarse de Santa Bárbara justo cuando truena, porque un incremento del PIB -absolutamente necesario en este campo-, tendrá efectos tangibles dentro de 20 ó 30 años, y en algunos campos, quizás ninguno. Y además ningún gobernante sería tan optimista de seguir en el poder durante tanto tiempo para recoger sus frutos (eso espero).

Seguimos sin entender que la capacidad productiva de un país moderno se basa en buena medida en los recursos del conocimiento. Pero estamos igual que siempre. Le propongo un ejercicio sencillo: revise las marcas y de qué país proceden sus electrodomésticos, su móvil, su ordenador, su tableta o los medicamentos de su casa.

Enjuanes, Esteban y Larraga son una vergüenza, no son un orgullo. Sí, lo mismo que dijo Ortega y Gasset de Ramón y Cajal, porque que aparezcan y consigan éxitos investigadores así, en sus condiciones, es una casualidad y una vergüenza.

P. D. 1: Cuando comercialicen la vacuna ¡póngasela!, no se ande con chorradas de a ver si… Cuando usted compra un coche lo hace y lo conduce y no se plantea a ver si… (que ya le digo yo que sí, que «causa» miles de muertes al año). Cualquier medicamento puede tener efectos secundarios, muchos de ellos graves. Si usted quiere mantenerse una noche en vela no lea un libro, lea algunos prospectos de medicamentos.

P.D. 2: Prohíben más de seis en las celebraciones de Nochebuena y Nochevieja. ¿Cómo lo comprobarán? Ya saben aquel que dice que era un guardia civil que llamó a la puerta de la casa preguntando «cuántos están cenando», y le contestaron que 6. Cuando les dijo «abra la puerta para comprobarlo», le contestaron «no». El guardia les dijo que porqué, a lo que le contestaron: «porque entonces seríamos 7».

Le hago una propuesta para que corra la voz. Siempre hemos querido hacer lo que nos dé la gana. Pues ahora podemos hacerlo. Le propongo que celebre la Nochebuena el 18 de junio próximo y la Nochevieja el 23, por ejemplo, y ahí cenaremos hasta que no nos entre más comida ni bebida y nos abrazaremos y besaremos lo que nos dé la gana (espero).