Sumar: sin la OTAN ni Nueva York
El Gobierno necesita que Yolanda Díaz movilice a abstencionistasy a su votante histórico si quiere revalidar La Moncloa
Félix Montero
Viernes, 8 de julio 2022, 01:00
Secciones
Servicios
Destacamos
Félix Montero
Viernes, 8 de julio 2022, 01:00
Después de las elecciones andaluzas, la masacre de Melilla y la cumbre de la OTAN, llega la presentación de Sumar, el proyecto de una Yolanda Díaz con menos crédito político que antes de la aprobación de la reforma laboral. La inflación desbocada ha arrasado la ... credibilidad del Gobierno entre su nicho de votantes, el empecinamiento internacional de Sánchez ha restado protagonismo a la vicepresidenta segunda y las tensiones internas en Unidas Podemos han aumentado la sensación de vacío en la izquierda transformadora.
Ione Belarra e Irene Montero, incluso, decidieron confrontar con Díaz alimentando el fantasma de que asistiría a la cumbre de la Alianza Atlántica, a la que ni siquiera estaba invitada. Esta, en vez de desechar el rumor, decidió alimentarlo recurriendo a indeterminaciones dialécticas para no desgastarse políticamente. De hecho, la vicepresidenta segunda lleva construyendo toda la legislatura su imagen presidencial en contraposición a una izquierda que deja dibujar como enfadada.
Parece que la ola de la transversalidad vuelve. Si bien es cierto que, como decía Díaz, la izquierda del PSOE es algo pequeño y marginal, en España las herramientas que han intentado cabalgar de izquierda a derecha han tenido un recorrido que no ha cumplido ni con sus propias expectativas. Si no, que les pregunten a Rosa Díez, Albert Rivera o a Íñigo Errejón, de momento en el Grupo Plural. Por mucho que la sociedad cada vez sea más compleja y etiquetas como 'izquierda' o 'derecha' no la representen en su totalidad, el ecologismo, el militarismo, el feminismo o el liberalismo son conceptos ideológicos. La izquierda yerra si espera que el 'ciudadanismo' y el 'sentido común' vuelvan a copar el centro de su discurso.
El acto fundacional de Sumar llega en un momento en el que ambos partidos de la coalición del Gobierno muestran desconexión y falta de empatía respecto a la sociedad que representan. Pedro Sánchez por un lado amaga un giro a la izquierda y, por el otro, felicita a la policía marroquí tras una actuación sádica y presume de subir el gasto militar en un país con una inflación superior al 10%. A la vez, la izquierda del Gobierno dedica días a defender la idoneidad de la foto de Irene Montero en Nueva York que, con las materias primas por las nubes, es un claro error de comunicación política. Y ya está. El debate no da para más y fomentarlo es un error.
El Gobierno necesita ganar credibilidad y que Díaz movilice a abstencionistas y a su votante histórico si quiere revalidar La Moncloa. Si no lo hace, la culpa será suya y no de los boicots o la tesis de las terminales mediáticas de la ultraderecha a la que se ha sumado Sánchez. En primer lugar, porque esas fuerzas son las mismas que querían evitar que el presidente recuperara la secretaría general del PSOE o que Pablo Iglesias entrara en el Gobierno y, segundo, porque la bajada de las expectativas en los sondeos deriva de que la cobertura social no llega a a la ciudadanía. En Andalucía no les apoyó ni su votante histórico.
Es obvio que el clima militarista y la inflación desbocada juegan en contra de un 'proceso de escucha' dirigido a una ciudadanía que necesita soluciones. Además, la constante sombra de Podemos, que necesita marcar un perfil propio para conseguir un papel importante en la candidatura, lastrará todo el recorrido de Díaz. De nuevo, veremos un encontronazo entre la contundencia que supuso que Podemos entrara en el Gobierno frente a la flexibilidad que ha ayudado a Díaz a alcanzar acuerdos. Mientras Podemos decidió enfocar dos semanas de su actividad a la animaversión hacia la OTAN, algo meramente simbólico, la vicepresidenta segunda se centra en evitar un aumento del gasto militar, que sí puede tener traducciones práctica.
Ione Belarra afirmó que a ella le gustaría una cumbre por la paz en Madrid. Y a mí me encantaría que el Athletic ganara la Champions la temporada que viene, pero no está ni clasificado. En la política hay que aprender a diferenciar lo que se quiere conseguir de lo que se puede lograr. Ese es el gran valor de Díaz. Sin embargo, Podemos abusa de un infantilismo en el que convierte consignas vacías en su programa de acción política.
La guerra de Ucrania y la pandemia han agudizado el sentimiento individualista en la sociedad, que se ha derechizado. El marco en el que juega el progresismo cada vez es más complejo, pero esto no significa que no deba disputar los imaginarios colectivos. Es más, tiene que hacerlo desde una honestidad intelectual. Probablemente más que pregonar cumbres a favor de la paz, sea más efectivo repensar el sistema de defensa europeo y reclamar una Europa con voz propia en la geopolítica mundial. Por supuesto que esto supondría a las izquierdas cabalgar contradicciones ante la correlación de fuerzas existente en la Unión, pero si no asumen esa tarea, lo harán Orban, Le Pen o Abascal.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.