Sostiene Tudanca

Sostiene Tudanca que Europa se precipitó con el fin de la energía térmica y cabe preguntarse ¿qué Europa? ¿la que dijo que había que hacerlo en 2030 mientras el furor descarbonizador de Sánchez y su ministra Rivera lo adelantaron a 2020?

Eduardo Fernández

Jueves, 24 de marzo 2022, 08:57

En 1994 nos sorprendió Antonio Tabucchi con una excelente novela que llevaba por título Sostiene Pereira. Como le pasa al PSOE, Pereira estaba a la perenne denuncia del fascismo, porque todo el que no comparte el credo sanchista es, sin paliativos, un fascista irredento. En ... León hay decenas de miles. Transportistas que pagan más por llenar el depósito que de hipoteca -la extrema derecha-, jubilados a los que la inflación les deja la pensión en un quiero y no llego -los que añoran la inflación cero de Rajoy, unos sectarios-, gente a la que le entra temblequera cuando se acerca al interruptor de la luz -unos antipatriotas-, los que se han quedado colgados de la bandera saharahui porque hasta parte de la izquierda encantada con el Polisario parecen ahora de derechas de siempre, los socialistas energéticos de la compra de gas a Argelia -unos trasnochados felipistas y unos carcas- y luego ya la caverna, los del PP, Vox es como un puerto de la Vuelta fuera de categoría.

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Pereira era un tipo anodino, gris, tristón -como con cara de no gobernar en su puñetera vida- y encerrado en su pequeño mundo de verdades irrefutables, que lo mismo parece que se marcha el día de las elecciones perdidas que simula no haberlo pensado ni un instante. No se me pierdan, que sigo hablando de Pereira. Se afirma en la novela que «sentía una gran nostalgia, de qué no podría decirlo, pero era una gran nostalgia de una vida pasada y de una vida futura, sostiene Pereira». Algunos socialistas están en la añoranza del gobierno que no fue hace tres años y del futuro brillante de bajada de precios, luz barata, viajes del IMSERSO y liderazgos continentales de Sánchez, convertido en galancete de reality. A ver si en el reality nos enteramos de cuánto y con quién usa el Falcon, que está estupendo pedirle transparencia al Emérito precisamente cuando vuelas sin haber hecho público cuánto nos cuestan a los españoles sus escapaditas. Y a ver si vemos de cerca qué hace su académica mujer en académico enchufe sin académico título. Pero igual es un reality a mayor gloria caudillista y de esto ni pío.

Bueno, pues que Pereira era hombre sin grandes ideas políticas y tranquilo. De estos en el PSOE hay montones, hombres y mujeres, eso sí, que lo de comprar ideas sin pensarlas afecta por igual a todo género y condición. Y ahora sale otro que, atacado de la nostalgia de los buenos viejos tiempos en que los sindicalistas protestaban por algo, le da por protestar contra la política energética. De los selenitas se supone, porque no pone responsables al desaguisado. Le pasa igual que a los de los sindicatos, raudos en salir contra el gobierno del PP ni a los cien días y callados como muertos con esta inflación, este precio platino del megavatio y esta flojedad del empleo. Otra ronda de subvenciones y ni rastro de la pobreza energética, la pérdida del valor adquisitivo de las pensiones y la atonía de la contratación. Qué feliz paraíso cuando son los propios los que destrozan el invento.

Sostiene Tudanca que Europa se precipitó con el fin de la energía térmica y cabe preguntarse ¿qué Europa? ¿la que dijo que había que hacerlo en 2030 mientras el furor descarbonizador de Sánchez y su ministra Rivera lo adelantaron a 2020? ¿la que ha permitido prórrogas hasta el 2038 en Alemania para las térmicas? Si alguien se precipitó tiene nombres y apellidos, fecha y votos en el Parlamento. Cuando unos defendían la posibilidad de continuación de la minería rentable sin devolución de ayudas europeas y la prórroga de la vida útil de las térmicas, otros se opusieron en el Parlamento y lo adelantaron en el gobierno. Pero estos otros son del mismo partido que el señor Tudanca, por lo que debería venir algún alma caritativa a sacarle de su repentino ataque de amnesia. Como uno tiene buen concepto del sujeto, prefiere pensar que es amnesia y no desvergüenza. Quienes esto leen, que piensen lo que quieran.

Es impúdico dejar las frases en un impersonal, se cerraron las térmicas. Es como decir que se tiran bombas en Ucrania, se suben impuestos en España o se deja a su suerte a los que sufren la inflación. No hay un impersonal irresponsable, como si fuese una maldición bíblica. «Ahora nos estamos arrepintiendo de alguna decisión que se tomó en el conjunto de Europa», sostiene Tudanca ocultando arteramente que en el resto de Europa tienen problemas de suministro de otras fuentes, pero las térmicas siguen quemando carbón. En esta provincia los gobernantes socialistas han cerrado -no se han cerrado solitas- tres térmicas, tres: Anllares en Páramo del Sil, Compostilla en Cubillos y La Robla. Hemos oído voces que claman por la apertura de algunas térmicas cerradas en el litoral; desgraciadamente aquí no se podría ni plantear, porque la prisa con que los socialistas han acometido el desmantelamiento térmico ha implicado desaparición de maquinaria y voladura de instalaciones. De haber sido Europa o la derecha el «se» de «se han cerrado», Tudanca y los colegas sindicalistas llevarían meses de juerga movilizadora dando saltitos por las calles, un saltito por cada euro que ha subido el megavatio/hora desde que convocaban manifestaciones en marzo de 2016 contra la pobreza energética a 60 € cuando esta semana lo hemos visto pasar de 722 €. Europa cerró las térmicas, se tomaron decisiones, se cerraron centrales, se subieron tributos, se deja morir León. Se. Sostiene Tudanca.

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