Convendrá usted conmigo que la que se nos viene encima con el recibo de la electricidad nos va a mantener en un sin dios, en un sin vivir, en un no saber qué hacer ni cuándo. Pero no se preocupe que yo le voy ... a dar unas indicaciones concretas y le soluciono la vida.

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En primer lugar, tómelo con paciencia, pero si ve que alguien de su familia intenta abrir el frigorífico antes de las 13 horas córrale a gorrazos, porque volver a enfriarle supondrá más pasta que la cerveza que va a sacar. Solución: al río con ella, como se hacía hace años al ir de campo. Tampoco se le ocurra ponerse a guisar o a cocinar en esas horas, no sea usted cafre y derrochador, me tiene usted que hacer la paella de 12 a 7 de la madrugada, eso sí con arroz que no se pase, y ahorrará también un montón de dinero.

Al planchar podemos darle la alternativa de que planche de 2 a 7 de la madrugada o de que no planche, que ya dijo aquel chico llamado Adolfo que la arruga es bella. Lo de lavar la ropa convendrá usted conmigo que está sobrevalorado. Vayamos por partes. Ropa interior: no se ve, luego qué más da que esté sin lavar un día o dos o 10 o 12. Lo que tiene usted que hacer es airearla por la noche y a ponerla igual al día siguiente. Problema solucionado. La ropa de exterior ya se airea constantemente al ponerla con lo cual no hay ni que lavarla.

Y que me va a usted a decir de la ducha, que como todo el mundo sabe elimina la capa defensiva de células epiteliales que nos sirven de protección y eso nos provoca alteraciones inmunológicas, dicho lo cual con ducharse una vez cada 2-3 meses sobraría, y si vamos a ir al médico solamente en el caso de que sea previsible una auscultación intensa, si no tampoco.

Para la comida la solución es más fácil: todo vegetales, y si queremos consumir algo de carne y pescado nos vamos al tartar, crudo es mucho más sano y ahorramos una barbaridad. Ni se le ocurra congelar el pescado por el anisakis que gastaría un pastizal, se come con parásito que es proteína gratis. Del chuletón o gambas a la plancha ni hablamos.

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Además, la nueva tarifa de la luz creará situaciones nocturnas de lo más románticas:

-¿Estás despierto?

-Sí.

-¿Te apetece que lo hagamos?

-Claro, a mí ya sabes que siempre me apetece.

-Pero igual despertamos a los niños con el ruido.

-No te preocupes, lo hacemos sin meter mucho ruido y ni se enteran.

-Venga, de acuerdo, entonces tú planchas y yo pongo el lavavajillas y la lavadora.

-¡Vale! Vamos a sincronizar nuestros relojes. Esto lo vi en una película de submarinos.

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-¿Te parece que a las 5,30 a.m. nos veamos otra vez en la cama?

-OK. Cari; te contesto así para seguir como en una peli. Ahora vamos a ir con la luz de los móviles, que ya acostumbrados parece que es más misterioso y gastamos menos.

-Ay Manolo, tú sí que sabes crear situaciones excitantes. Me recuerda a cuando íbamos al cine y había acomodador.

- Nada mujer, bueno, uno que hace lo que puede.

- Oye y mañana en el trabajo ¿no estaremos derrotados?

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- No te preocupes lo tengo todo estudiado. Tú haces el Maya y yo el Azteca.

- Hijo, qué intriga. Esto es como una película de los indios.

- Nada nada. Tú haces el Maya, es decir, cuando entres te marchas a tomar un café diciendo que estás mareada y vuelves a última hora y preguntas si «ma'lla mao alguien». Y yo hago el Azteca. Llego y empiezo a revolver papeles de un lado para otro y le digo a los compañeros «Hazteca rgo tú de esto», «Hazteca rgo tú de aquello». Además. Javi «el Inca», ya no está de baja, así que no hay problema de que se nos note tanto. Se fijarán en él cuando «hinca los codos», cierra los ojos y ya no se mueva hasta la hora de salir.

PD.: Tres meses después:

-¡Cari!

-¿Sí?

-¿Te acuerdas de que vendimos el aspirador?

-Claro. Con lo que gastaba.

-Pues debajo de la cama hay una pelusa gigante que me habla…

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