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Secretos y mentiras
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Secretos y mentiras

A la última ·

No tengo historias ocultas que llevarme a la tumba, excepto un par de recetas

Jueves, 5 de mayo 2022, 00:01

Mi abuela manejaba secretos de estado. De estado de alarma («Ya verás como se entere tu madre de que has manchado el sofá de chocolate»), de estado mental («No se lo digas a nadie, pero ese está fatal de la cabeza») y hasta de estado ... de buena esperanza: «¿A que no sabes quién se va a casar de penalti?», me susurró una noche desde su cama. Yo, con seis años recién cumplidos, no entendí el significado de aquella frase pero, por la forma en la que saboreó cada palabra, intuí el fondo. Pedagógica a su pesar, mi abuela me procuró los primeros contactos con las cosas que me habían sido vedadas. Y me confió ese secreto y alguno más, todos golosos y todos ajenos, que los propios se los llevó a la tumba. Como su edad: nunca me la dijo. Ni siquiera cuando su piel se convirtió en papel de arroz.

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