Se hizo una foto Feijóo con muchos paquetes llenos de avales. Parecían roscones de Reyes o ensaimadas. Él será el mandamás del PP, pero en el Congreso andan como vaca sin cencerro. Claro que esto pasa desde que Cayetana Álvarez de Toledo dejó de ser ... portavoz. No vamos a echar de menos a Teodoro y sus «le voy a dar un dato» a Yolanda Díaz, la ministra del extraño prestigio. Y desde luego que comparada con Belarra y Montero la Chica parece una política de fuste. También es verdad que Sánchez al lado de Justin Trudeau parece Roosevelt. Cuca Gamarra hace lo que puede, pero enfrente tiene al presidente transformado en Serrano Suñer y su «Rusia es culpable». Con todo su cuajo. Putin tiene la culpa de todo lo que nos pasa, que no os enteráis. Y un respeto a este Gobierno.

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Cada vez admiro más a Pedro Sánchez. Lo suyo está entre seguir las consignas de Azorín en 'El político' (oye, que no son menos malignas que las de Maquiavelo) y tirar de 'Amanece que no es poco», mucho más España. Desde su continuo «Pues yo creo que me voy a sacar la chorra» (y se la saca) a ese momento de Cassen como cura de espaldas en el altar y la señora que le dice a Gabino Diego: «Ya verá el alzamiento de hostia que me hace este hombre». Y cuando se produce el alzamiento, la iglesia entera se pone a aplaudir. Como los correligionarios o acólitos de Sánchez en el Congreso, hasta Nadia Calviño asintiendo cuando culpaba de todo lo presente, pasado y futuro a Putin. El comportamiento humano es fascinante. Y lo que Pedro Sánchez es capaz de hacer no lo hace cualquiera. En los 60 muchos se creían capaces de hacer lo que El Cordobés. Me parece más fácil el salto de la rana delante de un toro que lo de Sánchez.

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