Mi tío Maximino en una etapa de su vida coqueteó con la política. Él siempre ha sido de Suárez, según dice, y por eso acabó en el CDS. De joven presidió un club formativo recreativo y cultural llamado Forecu, donde la añoranza le lleva siempre ... a recordar aquellos guateques y excursiones, donde por supuesto, todo era muy sano.

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Quizá el episodio más interesante en el que estuvo presente como actor principal fue el famoso pacto cívico de León.

En junio de 1987, Juan Morano había ganado las elecciones municipales como independiente frente a los populares, encabezados por Villarig y Pérez Villar, los socialistas liderados por Ángel Villalba y los dos amigos del CDS Iñaqui Morán y mi tío Maxi.

Contra todo pronostico, las tres formaciones se unieron en el ya famoso pacto cívico, entre huevos y patadas cobardes de una masa de hooligans que iban a favor de obra.

En el PSOE, Zapatero (que era el que mandaba), dio su visto bueno a la alianza. En el CDS, la decisión se tomó sin el beneplácito del jefe de Madrid, José Ramón Caso, quien no lo veía claro porque tenían otras negociaciones en otras ciudades y se jugaban mucho. La solución que tomaron para no tener que recibir esa posible negativa, no fue otra que arrancar el cable del teléfono, y así no tener que escuchar a Adolfo Suárez, que según cuentan llamó unas cuantas veces. Una vez cortado el cable, vía libre hacia aquel gobierno que duró quince meses. Lo que ocurrió después es ya historia de la política leonesa que tantos días de gloria nos ha dado.

El pacto cívico y la famosa patada a Villarig, fue portada de varios periódicos nacionales, seguramente por ser el primero de esa envergadura en una capital de provincia.

Hoy, sábado, vivimos la llamada jornada de reflexión. El típico día sin sentido en el que los actores principales, saldrán a correr, a comprar churros o incluso a jugar a la brisca.

Castilla y León siempre es noticia por las grandes nevadas de invierno o por trágicos accidentes. Habrá quien piense que estas elecciones han sido un coñazo, pero también habrá quien viva la noche de elecciones con la emoción e intensidad de una final de la Copa de Europa.

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Pero lo que es evidente es que nunca antes se habló tanto de nosotros. Hemos sido los auténticos protagonistas, acaparando portadas y páginas de periódicos, además de un buen número de minutos de televisión y radio, impensables en cualquier otro momento.

Hemos sido el centro del universo político, a pesar de que muchos comentaristas nacionales nos han añadido o quitado alguna provincia.

La campaña empezó muy fuerte, entre tractores, vacas y chivos. Tal fue la fiebre, que muchos opinadores han llegado a creerse que vivimos como si fuéramos los jinetes del alba, entre caldas, hoces y cabezas de ganado. Y está bien, pero quizá no sepan que el de las cabras, ha podido estudiar en una de las mejores universidades, que también las tenemos, con la USAL a la cabeza del imperio, que quizá sea ingeniero y que haya vuelto al campo por convicción propia, porque allí está su vida y sus orígenes, o simplemente porque le ha dado la gana.

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Mañana será una noche dura, de mucha adrenalina y sobre todo de muchos nervios. Mañana se decidirá el futuro de nuestra comunidad y sus posibles pactos, y como en todas las noches electorales, por supuesto, lo que también habrá es mucho ruido de cisternas ¿De quién? Pronto lo sabremos. Buenas noches y buena suerte.

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