Quiero llegar a casa

El revuelo que se ha montado a raíz de la adopción, por parte del Ministerio de Igualdad que dirige Montero, de un lema que hemos visto mil veces en los carteles de las manifestaciones feministas de los últimos años, tiene que ver con la posición ... de un foco mediático que todavía nos apunta a nosotras, por muchos años de lucha que llevemos a cuestas. Así, el énfasis ha recaído en la primera parte de la frase, ese polémico «sola y borracha», que aislado de su contexto ahonda en la práctica monstruosa, pero todavía vigente, de culpabilizar a las víctimas en virtud del contexto en el que se produce una agresión sexual. Independientemente de lo adecuado o inadecuado que pueda resultar el lema en un marco institucional, creo que debemos desplazar la atención hacia la parte del eslogan que, por alguna razón y pese a su fuerza, permanece invisible: «Quiero llegar a casa».