Qué pereza la búsqueda de candidatos

Me consta que en la dirección nacional del Partido Popular van a pedir a Leonoticias que deje de dar fiestas con entregas de premios, porque a este paso van a faltar puestos para tanto candidato como va surgiendo

Eduardo Fernández

León

Miércoles, 16 de noviembre 2022, 11:10

Me consta que en la dirección nacional del Partido Popular van a pedir a Leonoticias que deje de dar fiestas con entregas de premios, porque a este paso van a faltar puestos para tanto candidato como va surgiendo. Debo de ser el único al que ... el presidente autonómico no le ha encargado buscar candidato para León; en nombre de nuestra vieja amistad estoy eximido de semejante prueba de Ulises. Claro que con algunos candidatos que busqué cuando me tocaba esa responsabilidad orgánica, fiarse de mi criterio en esto es como fiarse de mi instinto dietético cuando estoy poniendo a prueba llegar al cuarto donut diario. En apenas un fin de semana me ha llegado que se busca entre el empresariado, la Universidad, el deporte y la abogacía. La próxima semana probablemente se haya unido el sindicalismo agrario, el funcionariado en pleno, la fontanería, los trabajadores del sexo de toda clase y condición y una selección de internos de Mansilla, para fomentar con los últimos grupos el debate sobre las exigencias éticas a nuestros políticos. Hay por doquier tanta gentecilla que se dice encargada por el jefe -vayan a saber qué jefe en cada caso- de lo de las listas, que necesitan un aquelarre permanente de elecciones para colocar a todos los que pillan. Lo peor será que a alguno de buena fe lo van a engañar.

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Y cuando no es eso, son las intoxicaciones sobre las encuestas que se dicen hechas consultando sobre un sinfín de nombres, casi siempre con filtradores interesados en ir o con intoxicadores interesados en que otros no vayan. Pero esto es tan antiguo como las elecciones en Grecia y Roma. Claro que esto pasa por dejar transcurrir el tiempo sin decidir para centrarse en otra cosa, que deberían ser los ciudadanos -con la que está cayendo con el gobierno socialista discurriendo entre carestía de la luz, inflación y bonificación de la sedición- y en hacer oposición local, que basta complicado está.

Veo que en el Psoe lo mismo quieren meter al alcalde de León en el congelador que lo pasean más que a Elcano, Marco Polo y James Cook juntos. Esto de las primarias y las designaciones es un arcano incomprensible para mí. Era una evidencia que yo era un dinosaurio a la espera de meteorito, acostumbrado a un partido presidencialista que designaba al candidato de turno y listo, luego paz y después urnas. En una errática compra de un sistema ajeno a los partidos de la derecha -y algo he aprendido sobre sistemas de partidos en la práctica y en la teoría académica- el PP importó un sistema de primarias completamente ajeno a la tradición, a la comprensión y a los usos y prácticas internos. Y salió como salió, naturalmente. Que no hay una elección interna importante que no sufra tacha de retoque de las afiliaciones, sea cierto o no. Dijo el científico alemán Georg C. Lichtenberg cuando salió escarmentado de la política que «cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen pierden el respeto» y va camino de ocurrir eso con las trifulcas internas de los partidos.

Me dirán ustedes que preconizo justo lo contrario a la democracia interna, pero es que esta no se alcanza solo con primarias. Y si no, les sacaría la lista de los partidos de izquierdas que han elegido candidatos en primarias que luego no han llegado a las listas, porque se los han cargado o aburrido por el camino. O la cantidad de candidatos de partidos que dan lecciones, pero que se proclaman antes de que haya primarias y luego se viste el santo, que santos laicos hay también en la izquierda. Ahora andan a vueltas con el nombre de algunas ministras de cara a las municipales, pero ¿no habíamos quedado que eligen los militantes y las militantas? El PP tiene afiliados y no militantes y eso es una diferencia de naturaleza que no debería escaparse.

Ahora bien, mientras tanto, hay que ver lo que entretiene a los periodistas, cabrea a los mandos intermedios de los partidos, impacienta a sus jefes, asombra a los afiliados y marea a los sufridos lectores eso de buscar candidatos. Mi experiencia de una docena de años de responsabilidades provinciales es que el PP espera hasta el último momento, y mientras tanto, cábalas, infundios, quinielas y profecías a barullo para terminar de crear eso precisamente, barullo. No está la cosa tan sobrada entre desafección, hartazgo, cabreo de los votantes, atomización de la oferta electoral, populismo a montones, polarización de todos y consolidación del que manda en cada caso como para andar como en los buenos viejos tiempos que, como decía Alfonso Guerra, se pone de candidata a una cabra y la cabra gana. Dejen a los que deben trabajar, que para eso hay órganos electorales en los partidos y no improvisen. De Gaulle era presidente de Francia y fundador de un partido, pero se veía a sí mismo como el general salvador de la patria -que en gran medida fue- y dijo aquello de «he llegado a la conclusión de que la política es demasiado seria para dejarla en manos de los políticos». Por eso el PP busca candidato en cualquier parte. Qué pereza.

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