Lo del paro está alcanzando límites insoportables para una provincia como esta, cuyo futuro inmediato depende para tener un equilibrio intergeneracional menos inestable, de cohortes de edad más diversas. En idioma comprensible: que en nada quedaremos en León los viejos, entre los cuales me contaré ... honrosamente para vivir de una pensión que cada vez tendrán que soportar menos cotizantes.
La gente joven se sigue marchando y no hay reemplazo. La tasa de reposición en muchas profesiones es simplemente negativa. Ya tuvimos ocasión de hablar aquí de la de los médicos, que justifica sobradamente el impulso reflexivo de una facultad de Medicina en nuestra universidad.
Esta semana hemos tenido nuevos datos, negativos y desesperanzadores. Me quedo perplejo porque cuando gobernaba el PP, el paro era culpa del gobierno y hoy oyendo a los sindicatos no lo es de nadie. Del sino, es un fatalismo, una maldición bíblica, una cosa que pasa porque sí, un azar desdichado del destino, un infortunio sin paternidad ni responsabilidad. Nos informa Leonoticias de que el sector servicios y la agricultura disparan el paro en León. Como nos hemos quedado sin nada de sector secundario industrial y vivimos del primario y el terciario, que se revolucione el paro en agricultura y servicios quiere decir que nos quedamos bajo mínimos. ¿Cuál es el mínimo? El que permite pensar en que al menos quedarán trabajando como nuevos contribuyentes el mismo número de los que dejen de hacerlo, por irse al desempleo o a la jubilación. Pero es que aquí, además, se van a la emigración; interior y exterior, que ya es un récord como de los años sesenta. Voy perdiendo la esperanza de que mis hijos quieran volver aquí algún día y es desesperanza que me llena de tristeza, porque yo volví, y volví feliz. No sé si ahora los jóvenes tienen esa misma sensación. Esta semana unánimemente mis alumnos han afirmado que lo tienen mucho peor que la generación de sus padres para vivir en León, y eso es algo que no había pasado frecuentemente en el pasado. Al menos en ese pasado del que tenemos memoria y no historia.
En una entrevista radiofónica en febrero de 2008 nuestro inconmensurable Zapatero dijo aquella frase que supera a la de Rajoy de «un vaso es un vaso y un plato es un plato», para recordar que no había tanto parado como se decía, porque «no son parados, son personas que se han apuntado al paro», con una sutileza que roza la empanada. En León da igual que miremos la EPA, el paro registrado, el número de cotizantes o el calendario zaragozano, porque todo es negro. Y claro, ya se sabe, la culpa es de la Junta, porque ninguna otra Administración tiene encomendada competencia macroeconómica alguna en materia de promoción del empleo. Tenemos una ministra podemita, que aspira a ramalazo de glamour como de famosilla de revista del corazón, que es ministra de Trabajo, y vicepresidenta, y diva, pero que no tiene nada que ver (no digo pito que tocar, que con el pito no juego, que es palabra de traicionera polisemia, porque ya se sabe que crear empleo no, pero polémicas por el lenguaje sexista heteropatriarcal y heteronormativo, un porrón).
Los de la izquierda leonesa siguen en la frase de aquel preclaro político republicano, faro de los comunistas de occidente que afirmó «allí, en la Unión Soviética, no se conoce esa plaga del régimen de producción capitalista que es el paro forzoso». Pues nada, a multiplicar los ministerios por un número exponencial para que no quede paro entre los suyos. Pero los que aspiran a vivir de su trabajo en cualquier rincón de León, mientras, a esperar, a la cola del paro, a que le den buenas palabras, a que el gobierno cambie tropecientas mil veces las previsiones de crecimiento, a que le digan que no es parado, sino que está inscrito en el paro y fruslerías por el estilo. Reagan dijo en su momento que «una recesión es cuando tu vecino pierde su empleo. Una depresión es cuando tú pierdes el tuyo. Y recuperación es cuando Jimmy Carter pierde el suyo» que muchos aquí están deseando aplicar a los políticos que nos gobiernan. Por barrios, claro. Pero mientras no pierdan su empleo los del gobierno socialista que sí tiene encomendada la economía nacional, el (de)crecimiento y el (des)empleo, en León, lo del paro es un agobio hoy una sombra negrísima que se proyecta sobre el mañana.
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